Cartas de lectores | Carta al flamante presidente Daniel Noboa Azín

El primer factor para bien gobernar es hacerlo con la vigencia de la Constitución de 1998

El Sr. Daniel Noboa, por su formación en Harvard, como por el sentido común que tiene, pragmático ante todo, puede haber detectado el primer vicio que aparece cuando el poder está por estrenarse: la filtración de corrientes políticas y personas que intentan torpedear la marcha del nuevo gobierno, entorpeciendo la gobernabilidad. El Sr. Dahik, exvicepresidente, tiene la afinidad necesaria para colaborar con el Sr. Noboa, no así cualquier persona que pretenda adherirse a su figura. Lo mismo cabe decir con el PSC, desgastado y con una hoja de servicios dirigida a la corrupción y la demagogia. El primer factor para bien gobernar es hacerlo con la vigencia de la Constitución de 1998, documento apto y transparente, que garantiza desarrollo y el bienestar del pueblo, que consolida una eficiente administración de justicia. El segundo, instalar un sistema de seguridad pública que permita a la ciudadanía laboriosa trabajar en tranquilidad, en nombre de la doctrina de la prosperidad económica. El tercero, tratar de recuperar la máxima cantidad del dinero saqueado por el correísmo, y traer a sus miembros a rendir cuentas en presidio. El monto del saqueo es de $ 70.000 millones. El rescate de este dinero podrá hacerse con ayuda internacional. El cuarto, reducir gasto público para que no opere un proceso inflacionario que es el peor castigo para el pueblo, reduciendo impuestos y subiendo recaudaciones. El quinto, declarar al dólar moneda nacional y reducir a su mínima expresión al Banco Central. El sexto, ejercer el deber Ejecutivo de tipo presidencialista sin el aporte de la Función Legislativa, salvo para asuntos puntuales de interés público. Octavo, conseguir que los organismos de control se ciñan a sus deberes legales para evitar que sean utilizados como trampolines de conspiración política. Noveno, hacer del servicio civil un ente especializado en administración de recursos, con gente proba e incorruptible. Décimo, establecer jurados para lo civil, penal y administrativo. Y undécimo, garantizar la libertad de expresión. Solo así se darían garantías para un buen gobierno.

Francisco Bayancela González