Cartas de lectores | Y una ventana se abrió
El arte expande corazones y nos cuestiona, como decía Pedro Calderón de la Barca en La vida es sueño
Llegué a Piece of Cake Gallery saturada y con el espíritu marchito. De esos días donde la marea del mundo actual nos atrapa estratégicamente y con abrupta velocidad. Crucé entonces hacia el umbral de Y tu ventana será siempre con niños, la muestra de Pedro Dávila, curada con la fineza espiritual de Rodolfo Kronfle Chambers. No se sintió como la entrada a una galería, más bien como la libertad que produce un espacio de juego: ese lugar secreto donde el espíritu aún sabe moverse sin plan ni prisa.
Dávila no pudo estar presente -su salud estaba delicada y tuvo que retirarse antes de la presentación-. Sin embargo, su ausencia era un espejismo: su presencia vibraba en cada obra, en cada trazo nacido desde la espontaneidad pura, logrando que el dibujo emergiera directamente de lo humano y lo onírico. Mientras escuchaba la lectura psicoanalítica de su trabajo anoté, entre muchas otras palabras: ‘anarquista creativo’. Reconocí en él a un creador que no negocia con lo establecido y que no opera desde la estructura, sino desde el misterio. Traza sus sueños de niño con la consciencia de que nada es definitivo. Dávila demuestra ser un creador que no ilustra el mundo, sino su tránsito íntimo por él. Su arte yace en los sueños. Y tal vez también termina ahí: cuando el artista despierta. Fue hermoso sentirlo tan cercano sin haberlo conocido, una especie de encuentro dentro de un territorio invisible donde nuestras almas se reconocieron sin palabras. Su vida y sus obras me conmovieron hasta las lágrimas. Salí de la galería transformada. Recordé lo esencial que me llevó, desde un principio, a entregarme al oficio del arte. Y pensé en mi ciudad, en Guayaquil. En cómo a pesar del ritmo frenético y el caos cotidiano seguimos teniendo espacios, curadores y artistas que insisten en abrir ventanas que nos regresan al búnker del espíritu. El arte expande corazones y nos cuestiona, como decía Pedro Calderón de la Barca en La vida es sueño: “¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño, que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”.
Frances Swett