Cartas de lectores: Un lugar común más y vomito: la sesión reservada que no dijo nada
Lo que se esperaba de esta sesión era claridad, no evasivas ni generalidades
El alcalde de Quito convocó al Concejo Metropolitano a una sesión extraordinaria con dos temas en el orden del día: el himno a Quito, la presentación del protocolo ante eventos de conmoción social y acciones ejecutadas hasta el momento.
Por la delicadeza del tema se resolvió tratarlo en sesión reservada. La ciudadanía mantenía la expectativa.
Sin embargo, la resolución del Concejo no fue más que una respuesta vaga, basada en lugares comunes que no arrojaron ninguna luz sobre la postura real del municipio.
A pesar de las altas expectativas generadas por esta convocatoria, el resultado de la sesión fue, lamentablemente, un conjunto de generalidades sin profundidad, sin una propuesta concreta o firme que pudiera esclarecer la postura del municipio ante una posible crisis social. La resolución emitida parece haber sido “porque no quedaba de otra”, cuyo único resultado fue reiterar lo que todos ya sabíamos de antemano: que existe un protocolo y lo que hasta ahora ha hecho el Municipio.
Es importante recordar que el actual alcalde de Quito proviene de un movimiento que, en su momento, apoyó abiertamente las manifestaciones y protestas sociales en el país. Este contexto añade una capa de ambigüedad a su postura actual, ya que la respuesta tibia y evasiva que ha dado frente a los posibles disturbios contradice los principios que una vez defendió su movimiento.
La falta de claridad en su posicionamiento genera dudas sobre si se está alineando con sus propios ideales o si está cediendo ante presiones políticas, lo que deja a la ciudadanía sin una guía clara de cómo se manejará la situación.
Lo que se esperaba de esta sesión era claridad, no evasivas ni generalidades. La ciudadanía necesitaba saber la posición clara y frontal del Concejo. En lugar de esto, se optó por un silencio decorado con vagas conminaciones y exhortos que, al final, solo generan más incertidumbre.
Yolanda Torres