Cartas de lectores | Señores políticos, el bien del país debe ser vuestro objetivo
No pueden nuestros representantes ofrecer cosas que no pueden cumplir
A nadie deben los ecuatorianos rendirle y guardarle lealtad de manera más rigurosa que a su país. Ningún ecuatoriano debe buscar dañar a su patria para lograr cosechar sus ambiciones personales o política alguna. La lealtad hacia nuestro hogar común resulta fundamental para poder construir una institucionalidad consecuente, justa y apropiada a los fines del Ecuador y de su gente. La lealtad a la patria es indispensable para poder poseer un sistema democrático consolidado y los frutos del esfuerzo de las autoridades sean dirigidos hacia el pueblo y disfrutarlos por ese pueblo.
La congruencia en la acción política es transcendental para quienes creemos en la democracia y deseamos que el poder del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no desaparezcan de la faz de la tierra.
No pueden nuestros representantes ofrecer cosas que no pueden cumplir, guiados por los intereses protervos de cosechar popularidad. Es espurio, falso y bastardo atacar la institucionalidad, destruir la credibilidad pública en las instituciones construidas a lo largo de los años desvirtuando la confianza y buena fé, solo para obtener objetivos personales o grupales. La congruencia es pilar de la confianza. La verdad es base de la confianza y esta es trascendentalmente importante para nuestra frágil democracia.
Sin perseverancia no es posible la construcción de un país en libertad, en democracia, en responsabilidad y respeto a los ciudadanos van a privar muchos pareceres diferentes y contradictorios en la opinión pública. En democracia no se agrede a quien sostiene la opinión adversa ni se reprime la expresión del pensamiento. Muchas veces los traspies sufridos hacen que caigamos, que tropecemos y se nos doblen las rodillas.
Señores políticos, deberían siempre perseguir el bien, lo bueno y valedero del país. Siempre deben rechazar el mal. No se vuelvan a equivocar, el bien del país y su gente debe ser vuestro objetivo final. ¡La destrucción de la confianza es la destrucción de la democracia misma!
Mario Vargas Ochoa