Cartas de lectores: Samborondón no puede seguir siendo tierra de nadie

Samborondón no puede seguir siendo tierra de nadie

Hace 15 años decidí venir a vivir a Samborondón porque era el mejor sector residencial de la zona. Hice una inversión para tener tranquilidad, seguridad y calidad de vida, pero con el paso de los años eso se ha ido perdiendo. El sector de Los Arcos se ha llenado de edificios y construcciones sin mínima planificación urbana: sin los parqueos necesarios, ni vías de escape, ni estudios de impacto ambiental, con un tráfico que colapsa a cualquier hora del día. 

Si una persona sufre una emergencia médica en hora pico, no llega a tiempo ni a la Clínica Kennedy, que está a apenas cinco minutos. A eso se suma lo que está en construcción: un hotel, torres médicas y nueve torres de oficinas y departamentos, todos de gran altura. ¿Alguien evaluó el impacto ambiental y vial de todo esto? ¿Quién otorgó tantos permisos y bajo qué criterios? ¿A cambio de qué? La vía principal se ha vuelto un experimento permanente: ponen ciclovías, las quitan, las vuelven a poner; cambian los retornos una y otra vez sin lógica y las obras parecen no terminar nunca. 

Un simple puente peatonal tardó más de un año en construirse y para colmo no tiene techo; cuando llueva, la gente no lo usará y seguirá cruzando la vía entre los autos. Mientras tanto, el municipio parece vivir en una burbuja, con tres generaciones ya ‘mamando de la misma teta’, sin una Contraloría que fiscalice ni una planificación urbana seria que respete al ciudadano. ¿Hasta cuándo nos siguen viendo la cara? Merecemos respeto, planificación y control. Samborondón no puede seguir siendo tierra de nadie.

Pablo Chiriboga Núñez