Cartas de lectores: Samborondón necesita carácter
Una ciudad tan valiosa exige decisiones firmes, no gestiones sin rumbo
Samborondón, símbolo de modernidad y prosperidad en el Gran Guayaquil, refleja una preocupante falta de carácter en su administración. Una ciudad con tanto potencial requiere liderazgo firme, visión urbanística, sentido de orden; no una gestión complaciente ante el descontrol. En sectores como Ciudad Celeste, un pequeño parque -concebido para paseo y relajación familiar- se ha transformado en escenario de eventos bulliciosos, congestionado por vehículos que ocupan las calles y perturban la tranquilidad vecinal.
A ello se suman errores básicos de planificación: ausencia de líneas de carril y demarcaciones viales en la avenida principal, lo que refleja descuido y genera caos diario en el tránsito. En una ciudad que presume modernidad, la falta de algo tan elemental como señalización es símbolo claro de desidia. Mientras, continúan aprobándose edificaciones de gran altura junto a urbanizaciones residenciales, alterando la densidad, paisaje urbano e identidad arquitectónica.
Samborondón merece una administración que escuche, planifique y actúe con responsabilidad. El desarrollo no puede confundirse con repetición de errores. Una ciudad tan valiosa exige decisiones firmes, no gestiones sin rumbo.
Andrés Rizzo