Cartas de lectores | Reflexionemos nuestro voto por amor a la patria
¡Sigamos en tolerancia nuestros ideales y sueños en procura del bienestar colectivo siempre!
A nadie deben los ecuatorianos rendir y guardar lealtad más que a su país. Ninguno debe buscar dañar a su patria para conseguir ventaja política o personal. La lealtad hacia nuestro hogar común resulta fundamental para construir una institucionalidad consecuente, justa y apropiada para los fines del Ecuador y sus ciudadanos. La lealtad a la patria es indispensable para tener un sistema democrático en el que el voto sea popular y los frutos de la decisión tomada sean dirigidos al pueblo y disfrutados por él. Sin lealtad hacia la patria el espinazo de los intereses se transforma no en una columna de hierro para el país sino en una fuente gelatinosa. Sin convicciones profundas sobre los deberes hacia el país y a todos los que participan en el esfuerzo electoral y en la construcción del Estado, la acción de este y su dirigencia se transforman en una hipocresía de los intereses particulares, aparentando ser los comunes.
El 16 de noviembre hemos sido convocado a consulta popular propuesta por el Gobierno. Ser positivos, leer con mucha atención las preguntas formuladas en ella, separar las emociones de las razones para emitir un voto razonado es una tarea muy difícil. Difícil elegir con razón y lógica cuando lo hemos hecho sin meditación, imágenes y emociones encontradas por muchas generaciones. Todos debemos hacer un gran esfuerzo por emitir el voto con apego a la razón, a la solución de nuestros graves problemas. Debemos, por amor a la patria y buscando el bien de toda nuestra gente, analizar, reflexionar bien las preguntas propuestas en la consulta popular y emitir nuestro voto. Solo así lograremos salir adelante y no seguir en el pantanal en que nos encontramos por obra y gracia de nuestra clase política, confundidos por nubes de troles que distorsionan la realidad y pertenencia del voto y enfoque hacia nuestros problemas. Siempre debemos perseguir el bien, lo bueno y valedero; y rechazar lo malo. No nos equivoquemos esta vez, el bien para la patria y el pueblo debe ser nuestro objetivo final. ¡Sigamos en tolerancia nuestros ideales y sueños en procura del bienestar colectivo siempre!
Mario Vargas Ochoa