Cartas de lectores | Pueblo contra pueblo
El diálogo sincero es el camino
Cuando las palabras se silencian y no hay camino para el diálogo no hay vencedores ni vencidos, somos un mismo pueblo enfrentados los unos a los otros.
Duele la confrontación y duele más la falta de objetivos comunes.
Las protestas y las represiones violentas son autoflagelación que desgasta la hermandad y empobrece más a nuestro país.
Los únicos beneficiados de este caos son los verdaderos enemigos del pueblo, los traficantes de drogas y armas, las mafias, los corruptos y los sin sentido de patria.
Cuando leemos mensajes de los dos extremos, de los que protestan y del Gobierno, no quiere decir que, necesariamente, debemos tomar partido por uno de ellos.
El equilibrio, la paz y la compresión también es una meta a la que hay que darle caminos, sin violencia.
El diálogo sincero es el camino.
Susana Cárdenas Miño