Cartas de lectores: Prisionero de sus propios errores
¡Solo autoridades correctas y sin mancha pueden cambiar el rumbo de su gobierno y de la patria!
La capacidad de gobernar del presidente Noboa está en entredicho hoy más que nunca, al no tener la firmeza, para poner fin a la barbarie desatada por el sector indígena. Lleva cerca de dos años de gobierno sorteando crisis que le han impedido consolidarse. No se vislumbran los cambios profundos que nos permitan decir que Ecuador está siendo administrado de una manera mucho más eficiente o que la política ha mejorado. Al contrario, las carencias en las soluciones de los graves problemas terminan por desgastar la confianza ciudadana y hacen que a la gente le interese cada vez menos lo que hace el Gobierno nacional por el país.
En el tiempo que lleva el presidente en el poder, son cada vez más los sectores políticos, sociales y gremiales que vienen resaltando su inconformidad por no sentirse bien representados y escuchados en la solución de los serios problemas que tenemos. Debe primar la mesura y buscar tender puentes para garantizar la institucionalidad que se debilita cada día más.
Si de verdad se quiere salvar la patria se debe terminar con la corrupción política, porque es ahí donde empieza toda la debacle moral en la que se encuentra inmerso el país, con tanta violencia social, criminalidad, narcotráfico, secuestros, vacunas, delincuencia y otros. Se requiere que el presidente dé un verdadero giro de timón para que no se acelere más el desgaste de su nuevo mandato. Si la ciudadanía no percibe avances en su gestión de gobierno, como hasta ahora, la gobernabilidad puede colapsar en cualquier momento.
En la actualidad, su imagen es de un presidente prisionero de sus propios errores; aunque de cierta forma ha querido mostrar al país con un nuevo rumbo, vemos que aún se carece de resultados concretos y visibles, ya cerca de dos años de estar en el poder. De no rectificar, escuchará cada vez a más personas desaprobando su sistema de gobierno por no entender el escenario político actual y el ánimo ciudadano. Todos estamos a favor de los cambios profundos que nuestra patria necesita para que se traduzcan en beneficios reales y colectivos.
Señor presidente, nada ganamos con llenarnos de leyes si no se cuenta con funcionarios capaces y honestos en las diferentes instituciones públicas, y sin tener una hoja de ruta clara sobre el país que aspira construir. ¡Solo autoridades correctas y sin mancha pueden cambiar el rumbo de su gobierno y de la patria!
Mario Vargas Ochoa