Cartas de lectores | Paro indígena
Dicen respetar la Pachamama y destruyen la naturaleza cortando arbustos e incendiando
El nuestro es un país de Ripley. ¿Cómo es posible que un minúsculo grupo que representa el porcentaje más ínfimo de la población electoral se crea dueño de la nación y lo vandalice, tomándome las vías terrestres y las calles y avenidas urbanas, vulnerando los derechos constitucionales de los ciudadanos para transitar libremente por ellas para cumplir sus necesidades u obligaciones imperiosas para la vida cotidiana? Dicen respetar la Pachamama y destruyen la naturaleza cortando arbustos e incendiando para así impedir el paso de los transportes, de los alimentos y de los ciudadanos de a pie. El incremento del combustible a ellos no les afecta en su economía y si les afectara, esta afectación es mínima; ni los empobrece, ni los enriquece. Lo que sucede es que están respondiendo a fuerzas de organizaciones subversivas clandestinas, especializadas en guerrillas urbanas, a las que habría que acabar. Ya se oyen voces de trasnochados asambleístas que quieren seguir juicios políticos a determinados ministros por violar derechos humanos de las minorías de los que delinquen en las calles urbanas y en las vías de la Costa, Sierra y Oriente; pero se olvidan de los derechos humanos de los afectados, de las verdaderas víctimas de los paros protagonizados por estos violadores de la ley y de la libertad. ¿No será que ya mismo necesitamos un Bukele en el Ecuador? O quizá un Gabriel García Moreno?
Gustavo Chiriboga Castro