Cartas de lectores: No merecemos precios tan altos en productos y servicios
Ecuador merece menos codicia, más competencia, menos monopolio, más apoyo al emprendimiento. La ecuación es fácil
Sabiendo ahora, la mayoría de gente, como fruto de la democratización de la información y comercio con la China y otros países, cuánto realmente cuesta un producto importado, que acá se vende a cuatro o cinco veces más de su valor, el Gobierno debe promover que las grandes empresas, como se hiciera años atrás, fomenten realmente nuestra producción nacional en productos textiles con buena calidad y materia prima para su producción, perfumes con fragancias naturales sin químicos, papel menos costoso para hacer más sostenible la lectura de periódicos y libros -hoy con insólitos y prohibitivos precios-, carros eléctricos, aunque vayamos empezando de a poco y con mejores seguridades que los que irresponsablemente nos venden -y nosotros comercializamos- desde el extranjero, medicinas -sin ganar las empresas el 100 % y hasta el 500 % como ocurre inhumanamente en la actualidad-, etc. Sólo tres de cada 10 ecuatorianos tienen un ‘empleo adecuado’, según el Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos.
Ecuador merece menos codicia, más competencia, menos monopolio, más apoyo al emprendimiento. La ecuación es fácil. Si queremos menos jóvenes inmersos en el mundo de la delincuencia, porque no tienen para llevar un pan a casa, o peor aún, esclavizados en el mundo criminal de la droga, se requiere no solo fortalecer la salud y educación pública, que puede incrementar ese número de consumidores, si lo quieren ver desde ese punto de vista, o sencillamente dotar de mayor dignidad al pueblo que tras 200 años no cambia su historia de pobreza.
A propósito de pobreza y esclavitud, ¿cuándo la Asamblea o el Ministerio de Trabajo propone cambiar los explotadores horarios de los guardias de seguridad, que mueren de frío de noche porque los edificios no les proveen de calefón -a cuenta de que ‘se van a dormir’, o que no tienen un sillón adecuado, por la misma inhumana razón? Estos héroes, como ocurre con los profesionales de la salud, deberían trabajar máximo seis horas en los turnos nocturnos, para no dañar su cerebro, su memoria, su familia. ¡Hasta cuándo tanta injusticia!
Diego Fabián Valdivieso Anda