Cartas de lectores: Movilidad en reversa

Esto es justo, democrático y necesario para una ciudad sostenible

Guayaquil enfrenta varios problemas sociales, entre ellos la movilidad urbana, afectada cada año por el aumento vehicular. La ciudad presenta una movilidad en retroceso debido a la ineptitud pública para controlar el tránsito, especialmente por parte de las direcciones de tránsito y la actual ATM, que resultan insuficientes.

Este retroceso se agrava por la falta de campañas constantes de educación vial que deberían instruir tanto a peatones como a conductores de buses urbanos para respetar y usar adecuadamente paraderos, pasos peatonales y cebras. Ejemplos claros son las intersecciones en el paradero del Mall del Sur, las entradas y salidas de buses en la Ernesto Albán, cerca del hospital Teodoro Maldonado, y la de Los Ríos con Vicente Trujillo.

Un problema adicional en el Mall del Sur es el tránsito y parqueo de tricimotos sobre la rampa de carga del centro comercial. La falta de control sobre tricimotos y motos eléctricas es un serio problema que permanece en la ineptitud de las autoridades.

En julio y agosto, la ATM realizó un simulacro de campaña para concienciar sobre el uso de paraderos en el Mall del Sur; sin embargo, estas campañas deberían ser constantes, reiteradas y abarcar todos los paraderos, con periodicidad. La ATM debe trabajar con todas las entidades públicas y privadas para exigir el mantenimiento y limpieza periódicos de los puntos de ordenamiento vial, así como solicitar a la municipalidad seguridad, orden social y cámaras de vigilancia en esos lugares.

Otro daño a la movilidad es la propuesta de aumentar el precio del pasaje de los buses en cada cambio de mando o alcaldía, mientras las unidades están deterioradas y sucias, y los conductores manejan sin control de velocidad ni respeto al pasajero. Estos conductores parecen transportar animales, acelerando sin control.

Además, el mal uso de paraderos genera obstaculización y embotellamientos en intersecciones. Cuando ocurren accidentes, aunque hay varias patrullas presentes, ninguna controla el desvío ni la circulación vehicular. La ATM, en realidad, funciona como un títere de la sociedad guayaquileña.

Alcaldes y gobernadores deben detener y sancionar esta movilidad en retroceso, regulándola de inmediato. La Ley Vial debe ser conocida y aplicada por toda la ciudadanía. Esto es justo, democrático y necesario para una ciudad sostenible.

Alfredo González V.