Cartas de lectores | El gremio de la economía criminal

Lo de Imbabura no es paro nacional sino ‘huelga de brazos caídos’ de la gran economía criminal

La economía criminal auspicia las campañas de la delincuencia política. Los jueces corruptos son escuderos de su descaro. Por eso es urgente derogar las leyes prodelitivas de Montecristi. Antes de este gobierno el ovillo de redes que une partidos, cortes y mafia con su ‘clientela’ era invisible. Hoy defienden con desparpajo el lucrativo reparto de ‘regalías’ de subsidios.

Lo de Imbabura no es paro nacional sino ‘huelga de brazos caídos’ de la gran economía criminal. Se dicen ‘revolucionarios progresistas’ pero son los ‘conservadores’ del podrido estado postcorreísta. El sindicato del delito lo conforman mineros clandestinos, contrabandistas de carburantes, tranzas del mercantilismo fiscal, coyoteros y narcos. Esta ‘Cámara de Comercio Negro’ siente su ‘derecho al buen vivir’ conculcado. Son el poder fáctico del ‘mercado libre de impuestos’ y disponen de ‘influencers’ prepago, opuestos a que el país cambie las normas que mantienen viva la economía criminal. El plan de este gremio oscuro es salvar la ‘oclocracia’ mafiosa de Montecristi, cuya única ley es ‘plata o plomo’.

Paul Tapia Goya