Cartas de lectores | El extractivismo tiene detractores en nuestro país
Se espera que las diferencias se resuelvan en mesas de trabajo que privilegien un desarrollo
Desde hace años, nuestro país ha escuchado múltiples manifestaciones a favor y en contra del extractivismo: unos defienden una opción de desarrollo basada en la obtención de recursos económicos mediante la explotación de recursos naturales, y otros apuestan por mecanismos sostenibles y amigables con el medio ambiente.
Más allá de analizar ambos sistemas, considero más adecuado, al menos inicialmente, entender por qué en nuestro país existe esta diferencia de criterios que sin duda frena la posibilidad de desarrollo.
Al hacer este análisis no puedo abstraerme de mi posición como desarrollista con consciencia ambiental, sustentada en casi 50 años de experiencia en el aprovechamiento de recursos hídricos, que busca maximizar el aprovechamiento minimizando los impactos ambientales derivados.
En general, el aprovechamiento de recursos naturales ha tenido detractores, especialmente ONG, muchas de ellas originadas en países desarrollados que lograron su desarrollo explotando al 100 % sus recursos naturales, en ocasiones dañando la naturaleza.
Pareciera que tienen razón al oponerse al extractivismo en todas sus formas, pero estoy convencido de que debe existir un punto común que se logre discutiendo los pros y contras de ambas posiciones.
Actualmente, en nuestro país se debate el proyecto minero Loma Larga en Quimsacocha, aprobado por el Gobierno central pero rechazado por organizaciones sociales y ambientales del Azuay por su impacto en el agua y los páramos, un argumento difícil de contradecir. Sin embargo, solo se conocen posiciones extremas y poco sobre las características de la explotación o su impacto en el recurso hídrico, especialmente el riesgo de contaminación por sustancias tóxicas liberadas en la minería, el principal problema a discutir.
Al margen de las posiciones definidas, es lamentable la injerencia política que complica la discusión técnica sobre la viabilidad del proyecto, sin importar el desarrollo del país. Se espera que las diferencias se resuelvan en mesas de trabajo que privilegien un desarrollo con minimización de efectos adversos, viable con la tecnología actual.
Jacinto Rivero Solórzano