Cartas de lectores | América Latina, propensa a una lumpenización

Los verdaderos perdedores son los buenos ciudadanos, quienes buscan seguridad, educación, alimentación...

Conforme se observan las actuaciones y situaciones de los países de América Latina, respecto a su comportamiento social y económico, parece que lo que diga el pueblo es lo que deben hacer sus gobernantes, quienes no siempre pueden actuar de otra manera debido al adagio: “La voz del pueblo es la voz de Dios”, de Alcuino de York, clérigo (735 d. C.), teólogo y primer ministro de educación de la historia.

En épocas anteriores, por no acatar disposiciones oclocráticas provenientes de las masas, cuyos puntos de vista prevalecían sean correctos o no, predominaba la emoción sobre la razón. Así, la demagogia y la violencia podían tomar el control gubernamental. Actualmente, fenómenos similares se observan en Venezuela, Nicaragua, Colombia, Perú, Cuba, Chile, Brasil, entre otros, y se pretende que Ecuador siga la misma tendencia.

En otras palabras, la pura ira no puede ser gobernada por la razón. Se requiere un gobernante democrático, mesurado y analítico, que pueda haber surgido del pueblo pero con el ánimo de no causar caos ni incertidumbre. Si existe ese caos generado por la muchedumbre, la opinión mayoritaria podría competir con la locura, provocando intranquilidad y desorden social.

Hoy, los pueblos de América se encaminan hacia una lumpenización e incertidumbre, lo que dificulta su desarrollo. Las autoridades gubernamentales, en su mayoría, responden de manera vox populi, mas no vox dei, a la inconformidad. Por lo que se observa, las acciones de los bandos enfrentados no consiguen morigerar estas tensiones.

Los verdaderos perdedores son los buenos ciudadanos, quienes buscan seguridad, educación, alimentación, medicinas y vivir libres de extorsión y narcotráfico. Ante esta situación, debemos luchar para obtener los beneficios que la mayoría de los ciudadanos necesitamos de manera urgente.

José Arrobo Reyes