Cartas de lectores | Acumulamos cosas…¿o miedos?

El desorden desgasta la energía y la calidad de vida

Muchas personas acumulan cosas sin darse cuenta. Guardan ropa que ya no usan, papeles que ya no sirven, objetos que tal vez algún día podrían necesitar, regalos que no disfrutan o recuerdos que ya perdieron sentido. Poco a poco, la casa empieza a llenarse, los espacios se reducen y el desorden se instala.

Lo que comienza como algo inofensivo puede convertirse en una verdadera obsesión. Y esta acumulación no solo genera desorden físico, sino también emocional. Produce incomodidad, irritabilidad, estrés y ansiedad, tanto en quien acumula como en los que comparten ese entorno: familiares, amigos o compañeros de casa.

El desorden desgasta la energía y la calidad de vida. Vivir rodeados de cosas que no usamos ni necesitamos nos quita claridad mental, nos roba tiempo y hasta afecta el descanso.

Por eso, más que “botar cosas”, el verdadero desafío es aprender a soltar. Detrás de cada objeto guardado suele haber un miedo: miedo a perder, a olvidar, a necesitar después, a quedarse sin nada. Pero cuando soltamos con conciencia, no perdemos; ganamos espacio, ligereza y bienestar.

El desapego se puede aprender. Existen métodos y ejercicios que ayudan a las personas a dejar ir, paso a paso, sin culpa ni prisa. Es un proceso que requiere comprensión, paciencia y amor, tanto hacia uno mismo como hacia quien lo está intentando.

Y algo maravilloso ocurre cuando decidimos dejar ir: muchos de esos objetos que ya no usamos pueden tener una nueva vida en manos de quien sí los necesita. Donar lo que ya no usamos no solo libera nuestro espacio, también abre la posibilidad de ayudar, de dar alegría a alguien más. Esa acción, tan simple, puede convertirse en la motivación que impulsa el cambio.

Teresita Sandoval