Entre angustia e inmoralidad

Estamos pasando momentos de angustia y de inmoralidad. Somos indiferentes ante estas situaciones porque no volvemos a la Divina Misericordia. Debemos ser misericordiosos y tener presente que la humildad es la llave que abre el corazón de Cristo. La vida sin Dios es como ignorar el único teléfono que siempre está dispuesto para hablar con Él: la oración. La humildad es como un hilo fuerte de un collar de perlas finas que significan las virtudes, que no debemos olvidar cuando sucede un terremoto como el que estamos pasando, ocasionado por la mala política y la inmoralidad, y nos impide tener descanso espiritual y crecer en amor a Cristo y devoción al Santo Rosario. Dios nos proteja.

Martha de Ortiz