26 de noviembre, Día del Himno Nacional del Ecuador

La V reitera la postura de los ecuatorianos ante cualquier intento de reconquista y la VI invoca al volcán Pichincha como metáfora de lo que el país es capaz de hacer ante cualquier invasión.

Constituido el Estado, la florescencia de ideas y sentimientos en el espíritu de un pueblo se consolidan y concretan en las estrofas del Himno Nacional, cuyas notas fluyen ardorosas y espontáneas de los labios ciudadanos, en recuerdo de las glorias de ayer, de respeto para sus instituciones y fervoroso amor para la Patria.

El Himno Nacional del Ecuador nació en 1865, en una época bastante turbulenta entre los países de América Latina contra España.

Se habían dado algunos casos de reconquista (bombardeo de Valparaíso, combate de las islas Chinchas, combate de Callao), lo que explica los versos fuertes contra España y la exaltación de la libertad.

En tres ocasiones se intentó contar con un himno nacional: entre 1830- 1832 José Joaquín Olmedo escribió la canción en conmemoración al nacimiento del nuevo país, pero nunca fue aceptada ni musicalizada. En 1838 Juan José Flores intentó con una poesía, pero no tuvo acogida. Otro intento fue del músico argentino Juan José Allende, que en 1865 propuso musicalizar la letra de Olmedo, sin acogida. Finalmente ese mismo año el presidente del Congreso ordenó al secretario del Legislativo, el poeta ambateño Juan León Mera, escribir la letra que se constituiría en el Himno Nacional.

La musicalización fue del artista francés Antonio Neumane y la canción original fue cantada por el Coro Ciudad de Quito.

La letra fue criticada durante mucho tiempo y hubo varios intentos de modificarla. En 1948 un decreto declaró intangible al Himno.

Su coro es el que más irradia el sentimiento patrio y la mayoría de estrofas tienen marcado tono antiespañol, aunque pacifista.

La estrofa I habla de la venganza de los ecuatorianos por la defensa y soberanía. La II (la que se canta) hace alusión a los próceres del 10 de Agosto de 1809 y a la masacre del 2 de agosto de 1810 en Quito. La III describe la batalla del Pichincha; la IV, la derrota española y la disposición de los ecuatorianos a defender la patria a toda costa. La V reitera la postura de los ecuatorianos ante cualquier intento de reconquista y la VI invoca al volcán Pichincha como metáfora de lo que el país es capaz de hacer ante cualquier invasión.

Lic. Iván Vaca Pozo