
Foto: Marco Campozano
Roberto Bolaños: “Soy muy guayaquileño, sobre todo en la comida”
Es el líder de Guayaquil City Band, un grupo que enciende las fiestas de muchos de los habitantes de la urbe
Roberto Bolaños González no necesita presentación. Es músico desde que era niño. A los 14 años empezó a trabajar con su padre, Roberto Bolaños Terán, quien fue parte de las agrupaciones Marfil y Océano. Después formaron Bolaños Jazz con su tío Freddy y su hermano, Ricardo.
Toca el saxofón y es propietario de la reconocida banda Guayaquil City Band, ahora Roberto Bolaños y la City Band. Uno de sus vocalistas es Martín Guerrero, quien acaba de competir en el reality La Voz Argentina. Amenizan matrimonios, cumpleaños y quinceañeras, así como eventos empresariales y por las fiestas de Guayaquil. Su cabello ya pinta canas. Confiesa que su medio siglo de vida ha sido bien vivido.
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¿Cómo llegó a ser propietario de una de las bandas más reconocidas de la ciudad?
Mi hermano Ricardo y mi amigo Israel Maldonado se unieron con la intención de formar un grupo diferente. En ese entonces solo teníamos Bolaños Jazz, yo había dejado de tocar en fiestas con mi papá (con la agrupación Océano). En esa época inauguraron Studio bar (frente al aeropuerto). Ellos querían trabajar de planta. Como me conocían, les dijeron que me lleven, pero yo solo deseaba quedarme en Bolaños Jazz. Me convencieron y nos unimos en sociedad, así nació Guayaquil City Band. Éramos como cinco o seis integrantes, ahora somos 12. Las voces son Martín Guerrero, Marvila Ortega y Ramón Zambrano. Yo soy el saxofonista y el dueño.
"Es el padre de las bandas"
Es una agrupación que le hace homenaje a Guayaquil.
El nombre proviene de Israel Maldonado, se quería una banda representativa de la ciudad. Hace aproximadamente 15 años, cuando me separé de mi hermano, dejó de llamarse Guayaquil City Band, pero así la siguen llamando. Ahora es Roberto Bolaños y La City Band (risas).
¿Ser el dueño de un grupo habrá sido uno de sus sueños juveniles?
Siempre quise una banda que se presente en fiestas, pero a la vez en eventos y que, sin importar el género, cuando toque que suene a ese género musical. Es decir si es salsa, pop, merengue… suene a esa música. Era contrario al reguetón, pero cuando fue inevitable porque el público lo pedía, debí hacer ciertos cambios. Hay músicos que no respetan los géneros, no está bien. Se debe estudiarlos, profundizarlos para que suenen bien.
¿Su banda es una de las ‘aniñadas’ de la ciudad?
(Risas) No lo sé. Cuando era ‘pelado’ quería hacer algo diferente, original y trascendente. Fui parte de Los Intrépidos por una temporada. No me gustaba lo que se tocaba en las fiestas. Cuando volvimos, lo hicimos imponiendo un estilo. Considero que Guayaquil City Band es el padre de las bandas modernas. Cambió lo que se tocaba y el tiempo.
"El guayaquileño es muy rumbero"
Guayaquileño que se respeta es buen diente…
Soy guayaquileño, sobre todo en la comida. Me encanta el arroz con menestra, puré con carne apanada, guatita, encebollado, caldo de bola y de salchicha, sancocho de hueso, chupe de pescado. Antes de ir a los ensayos, me como un seco, ya sea de chivo, pollo, chancho o costilla. No perdono nada y por ello debo cuidarme. En las fiestas, por el nombre de la banda, nos buscan mucho.
¿El guayaquileño es muy rumbero?
Bastante. Hay un sector que dice que es salsero, otro es merenguero. Al guayaquileño le encanta bailar, rumbear, así sea en la fiesta o reunión más pequeña. Hay que distraerse de alguna manera.
¿La inseguridad limita al guayaquileño en sus celebraciones?
Aquello ha afectado a todos. Pero a pesar de lo malo, ya no llego en la madrugada, llego a la medianoche a mi casa. Empiezo a tocar temprano en los matrimonios. Antes de la pandemia recién comenzaba a trabajar a las doce y media o una. Generalmente tenemos ocho o diez presentaciones al mes.

“No me veo tocando reguetón a los 65 años”
¿Quiso tirar la toalla y lanzarse en solitario?
Alguna vez. El mercado lo conozco desde pequeño, lastimosamente no hay industria musical en Ecuador. Se pierden muchos talentos. El negocio más seguro es tocar en fiestas privadas, así nos movemos semanalmente. No nos estafan. A pesar de mi edad me interesa moverme como saxofonista, pero no con la intención de hacer una carrera, si no por hacer algo diferente.
La banda tiene su tiempo de caducidad…
El fuerte de la banda son los matrimonios. La gente que se casa es más joven. No quiero hacer el ridículo, no me veo tocando reguetón a los 65 años. Al grupo le tienen respeto el público y los colegas. He considerado que en un futuro no sea una banda que toque en matrimonios, sino una banda de versiones o con pequeños conciertos.
Sus hijos podrían ser parte de esa nueva generación de músicos del grupo..
Estoy casado con Cinthya Saona, me conoció tocando, primero en un show de jazz y luego con Guayaquil City Band. En 2025 cumpliremos 24 años de casados. Tengo dos hijos, José Roberto (20) y Ana Paula (9). Él toca guitarra, a los 14 me dijo que no quería ser músico, juega, le encanta el fútbol y estudia derecho. La niña canta lindo y baila, empezó a tocar piano, también es muy deportista. No creo que algunos de ellos se queden con la banda, pero no me molesta ni me quita el sueño. Cada quien debe hacer lo que prefiera.
Dicen que de músicos, poetas y locos todos tenemos un poco.
Ya soy músico, poeta puede ser. He escrito muchas canciones desde los 11 años. Un día que visité a mi mamá (Ligia) me dio una carpeta con muchas letras que había escrito. No creo que he sido loco, soy cauto. Soy músico, pero no soy bohemio.
Cero bohemio
Es raro que un músico no sea bohemio...
De joven me caí mal el trago, dos días con suero. Ahora de viejo nos reunimos y nos tomamos algo.
¿Qué legado dejará Roberto Bolaños?
Trabajo y honestidad. Logré vivir bien y que nos respeten. Mis músicos no arman relajos, no se emborrachan en las fiestas. Son puntuales, cumplimos con nuestro trabajo. El ejemplo debe darlo el dueño del grupo. Soy cero bohemio, se lo puede preguntar a mis amigos (risas).

Su vocalista Martín Guerrero busca brillar con luz propia. ¿Considera que en algún momento se puede marchar?
Por supuesto, lo he pensado desde hace años. Martín y Marvila tienen un gran talento. Hasta ahora nos hemos mantenido juntos, si algún día se da, me alegraría mucho porque se lo merecen.
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