Cultura

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Pedidos. En cada grupo familiar se elabora alrededor de cien mil caretas personalizadas dependiendo el gusto del cliente.Fabricio Cruz / expreso

Conoce el barrio de las cien mil caretas

Los vecinos del sector se reúnen para darles el ‘rostro’ a los monigotes. 

Germania Anguisaca, una artesana de 58 años, heredó de sus abuelos la habilidad para elaborar caretas de monigotes de fin de año.

En su vivienda, ubicada en el barrio 7 de Julio de la ciudad de Machala, en Ecuador, junto con su familia, lleva cerca de medio siglo en el oficio. En la localidad son cinco familias las que elaboran las 100 mil unidades, en el sector conocido como el barrio de ‘las caretas’, las que son distribuidas en distintas provincias del país.

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A pocos días para que culmine el año, los artesanos agilitan el trabajo. Todos cooperan; lo primero que hacen es un molde a base de barro para fijar la forma del rostro de personas que llamaron la atención durante el año. La máscara se hace de forma manual cuando el diseño es personalizado, es decir a gusto del cliente, si no se realizan en base a moldes.

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En la localidad, en cada casa, las familias ponen a secar constantemente las máscaras en sus veredas.Fabricio Cruz

En los moldes se coloca el papel con engrudo y se deja secar completamente por dos días, aunque el tiempo de secado puede variar según el clima.

Una vez que la figura está seca, se procede a pintarla. Desde el mes de junio elaboran las caretas, que son distribuidas en Machala, Cuenca, Huaquillas, Pasaje, Latacunga y Loja. Es la herencia que le dejó su abuelo, quien habría empezado en el oficio alrededor de 52 años atrás.

El objetivo de la familia Ramírez Anguisaca es elaborar 100 mil caretas; hasta mediados de noviembre llevaban 80 mil.

Desde las 08:00 hasta las 17:00, Elvia Ramírez de 65 años saca una mesa de su casa, coloca el almidón, trae tirillas de papel periódico y comienza a pegar las partes de la cabeza de monigote, hecha de la misma materia prima.

"Es una tradición familiar dedicarnos a esta actividad; no nos vemos como competencia, porque cada uno tiene sus clientes y todos vendemos nuestro producto".Elvia Ramírez,
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Indicó que elaborar una careta sencilla le toma alrededor de 2 horas, sin contar el tiempo de diseño, que es la parte más compleja.

Carlos Pereira recordó que, desde los 8 años de edad, viene perfeccionando sus habilidades para lograr las facciones características en sus trabajos, “cada careta representa sueños, esperanzas y frustraciones en algunos de los casos”, dijo el artesano de 52 años.

Juan Ramírez tiene 16 años y ya es un experto elaborando caretas, se toma los fines de semana para ayudar a realizar las 100 mil cabezas para años viejos que proyectan. “Me gusta hacer caretas, cuando ya le coges el ‘golpe’, se te hace fácil. Antes de fabricarlas necesitamos bastante papel periódico que compramos por quintales a las empresas y distribuidores”, explicó el joven, quien añadió que $ 10 cuesta el quintal de periódico.

En el barrio 7 de Julio, ubicado al oeste de Machala, viven varias familias que se dedican a la confección de monigotes y caretas. Se puede observar cómo en cada casa tienen secando las máscaras, luego de ponerles el engrudo.

“Ya tenemos los pedidos de gente de otras provincias, inclusive del norte del Perú. Nos buscan porque vendemos barato”, dijo Ramírez, quien ha convertido la terraza de su casa en una bodega donde se guardan miles de caretas.

En una calle se exhiben las máscaras

En el mes de diciembre, la avenida Arízaga en Machala es escogida por los artesanos para exhibir los monigotes de todo tipo y de personajes que hicieron historia en el año. En esa calle, existen familias que elaboran verdaderas obras de arte, figuras de personajes o lo que solicite el más exigente cliente. Los fabricantes se ubican a lo largo de un kilómetro de la arteria machaleña. Arturo Ramos es uno de ellos, quien por más de 30 años ha establecido su negocio en la esquina de las calles Arízaga y Nueve de Mayo.