En 1999 Iván Vallejo conquistó la cima del Everest por primera vez. En 1999 Sebastián Cordero estrenó en Cannes Ratas, ratones y rateros, su ópera prima. Sus hitos más recordados ocurrieron hace 25 años ¿Pero qué pasó luego de esa cúspide?

El temor, la incertidumbre, las nuevas metas. Todo en paquete comenzó a aparecer. Así lo confiesan los amigos, en medio del ajetreo de la ‘premier’ de su reciente película Al otro lado de la niebla. Actores, actrices, amigos del medio, todos pasan saludando o buscando una foto con el cineasta y el montañista. Y aunque ellos se dan tiempo para atenderlos a todos, su atención está en la entrevista. Fue como verlos al momento de estar en la escalada, la misma que se propusieron hacer al Everest en septiembre de 2019. Estaban pendientes de todos los riesgos, de la avanzada, de la grabación, pero con el objetivo claro tras la cima.

El documental está en salas desde hoy y sus realizadores lo exponen como la muestra de un aprendizaje. “El discurso del universo es perfecto. Y nos manda la niebla para que al estar envueltos de ella el diálogo sea muy personal. Sin ella, el paisaje hubiera sido hermoso y la conversación se hubiera fijado en la gigante de la vista”, reflexiona Iván. “Fue la neblina la que puso el discurso entre nosotros”.

Bajo esta mirada, los protagonistas del documental, el primero que firma el cineasta quiteño, cuentan los detalles detrás de un proyecto que casi dan por perdido.

Aquí se unieron dos amigos, dos mundos. ¿En qué se parecen el montañismo y el cine?

S: Son muchas las coincidencias. Estos nueve días de caminata fue un ‘masterclass’ mutuo. Yo le iba contando todos los entretelones del cine, cómo se hacen las tomas, cómo todo se falsea. Pero me llamó la atención cómo cada película se asemeja mucho al proyecto de subir una montaña. Tienes un objetivo y tienes que ver cómo resolverlo. Y luego, cuando la estrenas, debes ver cómo mostrarla y a veces es dura la bajada, más que la subida.

Iván, Sebastián lo acompañó todo el tiempo con su cámara. ¿Alguna vez le pareció atractivo filmarlo a él?

I: Yo estuve completamente claro con los papeles. Es como si llamara a Messi y no verlo jugar (risas).

Hablan mucho del éxito e inician el documental con lo que consiguieron ambos en 1999. ¿Cómo fue bajar de ahí?

S: Fue un año en el que el país se fue al carajo. Con mucha crisis y la dolarización. Lo que pasó es que después de conseguir eso sientes la presión de la gente. De hacer algo mejor. Yo me demoré cinco años en estrenar la siguiente película.

I: Después del Everest yo subo el K2 en el año 2000. Y este es más exigente, más peligroso y nadie supo reconocerlo. Y al comienzo sí me molestaba, pero ya después dije “vivamos con eso”.

S: A mí también me molestó ser reconocido solo por Ratas... Pero es un hito y hay que reconocerlo.

Mientras más se sube hay menos oxígeno. Aplica en el éxito. ¿Cómo buscan el suyo?

S: Esa metáfora es importantísima porque sufres más cuando bajas. En la montaña es más peligroso, porque te relajas. Hablar de eso era muy importante. Una vez que bajas aceptas la felicidad. Arriba no te puedes quedar.

Hay otro mensaje en la cinta, en el que dejan claro que nunca nos paramos de poner metas.

 ¿Cuáles son las suyas?

I: En febrero me voy a los Alpes en Italia, luego a España, regreso a Italia. Luego escalo en Cusco. Y también quiero estar cinco días en la Cueva de los Tayos.

S: Ahora estoy preparando una nueva obra de teatro. Es algo que me tiene enganchado porque genera resultados inmediatos en el público. El título es La misma sangre y se estrenará en el Teatro Sánchez Aguilar y en el teatro del CCI.

¿Iván tiene talento para la actuación?

S: Él tiene talento para estar frente a la cámara, pero no le he puesto a actuar. (risas)

I: Aún no he hecho el casting.

En esta cinta filma por primera vez en formato vertical. Del celular al cine. ¿Le costó aceptar este encuadre que rompe el esquema de la pantalla?

S: Esas tomas las hice con mi celular y sentí que debían quedar. Si trataba de hacerlas horizontales, estaría mintiendo. Quería que se vea cómo trabajamos con lo que teníamos. Hay mucho material que no entró en la película.

¿Cuál fue su equipo? ¿Qué llevaron a cuestas?

S: Llevé una cámara Fuji XT3 de lentes intercambiables, dos lentes, un trípode, una grabadora digital de sonido y dos micrófonos.

¿Qué esperan que ocurra con el espectador luego de verla?

I: Cuando yo le invité a Sebas a filmar este ascenso era con un solo propósito: que le inspire al país. Suena súper pretencioso, pero soy alguien que siempre se lanza al agua. Y lo estamos logrando. Pasamos esta película ante una comunidad del Ruco Pichincha y su respuesta fue maravillosa. Por eso es que vale la pena.

Imperdibles

- Tuvieron quince días de escalada.

-  Es el primer documental en 3D en Ecuador. Este se hizo con tecnología en inteligencia artificial, la cual separa las tomas y mide la profundidad de las mismas para lograr el efecto.

-  Se estrenará en siete ciudades y 22 salas. Con disponibilidad en formato 2D y 3D.

-  Se espera que llegue pronto a una plataforma streaming especializada en documentales y próximamente a la televisión abierta. Una alianza hecha desde la concepción del proyecto.

- El presupuesto fue de 150 mil dólares.