
Así habló Guillermo de Inglaterra con sus hijos sobre el cáncer de Kate
Guillermo revela que él y Kate optaron por la transparencia con George, Charlote y Louis tras el diagnóstico de la princesa
Guillermo de Inglaterra se dio tiempo para hablar sobre un asunto profundamente humano (y hasta ahora privado) en su reciente entrevista para la TV brasileña: cómo él y Kate gestionaron con sus hijos George (12), Carlota (10) y Luis (7) el diagnóstico y tratamiento de cáncer la princesa.
En una conversación franca con Luciano Huck, el príncipe explicó por qué la familia optó por la transparencia y cómo esa decisión marcó su enfoque de la crianza en un año particularmente duro para la Corona.
Decisión familiar: contar todo con honestidad
Frente a la cámara, Guillermo relató que la pareja decidió “contarles todo a nuestros hijos, tanto las buenas como las malas noticias” porque, dijo, “ocultarles cosas no funciona”. Explicó que les hablan sobre por qué suceden ciertas cosas y cómo podrían sentirse, y prepararlos así para preguntas difíciles sin dar cabida a rumores o versiones parciales.
Este enfoque, según el príncipe, prioriza la seguridad emocional de los niños y les da herramientas para procesar la incertidumbre.
Cómo se lo explicaron: claridad sin alarmismos
La estrategia fue combinar honestidad con contención: explicar lo esencial sin agobiar con detalles médicos innecesarios, responder preguntas con la verdad disponible y recalcar que estaban juntos como familia. Guillermo admitió que ese balance es complicado.
“A veces sientes que estás compartiendo demasiado con los niños… pueden surgir preguntas sin respuesta”, dijo. Remarcó también que no existe un manual perfecto para la paternidad. La pareja eligió la transparencia porque creen que la confianza reduce la ansiedad y evita que los niños imaginen escenarios peores.
Rutina y apoyo: la crianza compartida en tiempos difíciles
En la entrevista el príncipe reveló detalles cotidianos para mostrar cómo la pareja reparte las responsabilidades: él lleva a los niños al colegio con frecuencia, participa en partidos y salidas, y se encarga de tareas domésticas cuando la agenda lo permite.
“Lo compartimos, pero probablemente ella hace la mayor parte del trabajo”, comentó con honestidad, señalando que la paternidad se organiza por colaboración y presencia, no por perfección.
Esta división de responsabilidades resultó crucial durante la convalecencia de Kate y durante el período en que Guillermo ralentizó su agenda pública para estar en casa.
Tecnología y límites: protección frente a la exposición
Guillermo también habló sobre la gestión del acceso a pantallas: ninguno de los tres hijos tiene móvil por ahora; sin embargo, contempla conceder acceso limitado cuando Jorge inicie la secundaria.
“Con acceso total, los niños acaban viendo en internet cosas que no deberían”, explicó, como una manera de defender los límites que protejan el desarrollo emocional y reduzcan la exposición a noticias y teorías dañinas. Para una familia que vive parcialmente bajo el foco mediático, el control de la información resulta esencial.
El contexto: un año de pruebas para la Corona
Las confidencias del príncipe no llegan en abstracto: el diagnóstico de Kate y el cuadro de salud del rey Carlos III conformaron lo que Guillermo definió como “el año más difícil” de su vida.
En ese lapso, la pareja optó por priorizar la recuperación y la estabilidad familiar. La propia Kate comunicó públicamente su diagnóstico y, meses después, anunció la remisión.
La decisión de Guillermo de hablar abiertamente en Brasil sucede en el marco de su actividad internacional, incluida su participación en la COP30, y refleja un intento por humanizar la figura real frente al público.
Herencia y responsabilidad: el legado de Diana presente
Durante la entrevista, William recordó la huella de su madre, la princesa Diana, cuyo trabajo humanitario sigue inspirándole en misiones como la COP30. Al mostrar empatía y cercanía, Guillermo señaló que la “humanidad” y el servicio social que aprendió de Diana influyen también en su manera de educar a sus hijos, enseñándoles a afrontar el sufrimiento con honestidad y solidaridad.
Dijo que ese legado le guía al momento de explicar a sus hijos por qué su familia afronta estas pruebas públicamente y cómo deben responder con empatía.
Ventajas y riesgos de la franqueza: reflexiones del príncipe
Guillermo no es ingenuo: sabe que la transparencia tiene costos y beneficios. Compartirlo todo evita la desinformación y da a los niños seguridad, pero también puede exponerlos a preguntas difíciles y a una carga emocional mayor.
“No hay un manual para ser padre”, repitió; y, aun así, defendió la elección familiar: preferir el diálogo atento antes que el silencio que a menudo genera miedos peores. En su relato, la prioridad fue siempre la protección emocional de los niños y la cohesión de la familia.
Mudanza y continuidad: un nuevo hogar en tiempos de cambio
La entrevista coincidió además con cambios domésticos: la familia se mudó recientemente a Forest Lodge, dentro de los terrenos de Windsor, un paso que busca mayor privacidad y estabilidad.
En ese nuevo escenario, Guillermo confía en que la rutina, los límites tecnológicos y la comunicación abierta consolidarán la recuperación y la vuelta paulatina a la normalidad, manteniendo a sus hijos informados pero protegidos.
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