Guayaquil

Gabriela y Fiorella, las 'Sisters Cooking' de Matices que sueñan con una cafetería

GUAYACOS.  Tienen 16 y 12 años, y un emprendimiento de dulces y empanadas que inició en la cuarentena. Con las ganancias ayudan a una fundación de animales

Emprendimiento
Fiorella y Gabriela Egas conforman el emprendimiento Sisters Cooking.Christian Vinueza

Guayacos es una sección en la que contamos historias de los habitantes de Guayaquil, vidas que alimentan y hacen más rica esta ciudad. Relatos que ayudan a conocer mejor la madera de la que están hechos.

Entrar al hogar de Noemí Rehpani, en la urbanización Matices al norte de Guayaquil, equivale a percibir, desde la puerta principal, un delicioso aroma de múltiples bocados: torta mojada de chocolate, pan de banano, pan de zanahoria, rollos de canela, tortillas de verde con queso o con pollo o carne desmechados, muchines de yuca y pan de pascua. La mesa principal de la sala está repleta de estos 'manjares'. Hasta hay galletas y alfajores decorados con temática de Halloween. Parece una feria o un banquete de gran celebración.

Cada uno de estos productos son elaborados a cinco metros de donde se exhiben. En la cocina de la casa, cada semana, desde muy temprano, las hijas de Noemí: Gabriela Egas de 16 años y Fiorella de 12; amasan, cocinan, muelen, empacan y fabrican hasta el último detalle que muestran en cada postre.

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Se trata de un emprendimiento que inició hace cuatro meses, del esfuerzo constante de estas jovencitas, Gabriela y Fiorella. Su nombre es 'Sisters Cooking'.

Es un negocio casero que se ha convertido en una fuente importante de ingresos para la casa. Pero no solo eso, llenas de bondad y apegadas a las mascotas, Gabi y Fiore, como las llaman sus amigos y familiares, con parte de sus ganancias, cada mes ayudan a la fundación 'Corazones con bigotes' que acoge a perros y gatos de la calle.

¿Cómo inició este emprendimiento?

Aunque son adolescentes, las hermanas Egas no iniciaron su microempresa como novatas en los negocios y en la cocina. Cuando Gabriela tenía 14 años, en el 2018, elaboraba y vendía galletas a sus compañeros del colegio. Fiorella, asimismo, antes de juntar fuerzas con su hermana mayor, vendía pulseras y gelatinas en vasitos.

Obtener dinero con sus pequeños comercios, les enseñó a ambas el privilegio de manejar su propio dinero, ahorrar y poder darse sus gustos. Por ejemplo, Fiorella se compró una bicicleta y los celulares 'iPhone' que ambas manejan los compraron con sus ventas.

Estos negocios, además, aseguran las guayaquileñas, les ha ayudado a valorar el trabajo. “Es gracias a mis papás. Ellos siempre nos han dicho que si queremos comprarnos algo debemos trabajar por eso”, cuenta Gabi.

Sisters Cooking nació en medio del confinamiento, a raíz de la pandemia de la COVID-19 que golpeó a Guayaquil. Gabriela dio la pauta. Pues para aprovechar el encierro de la cuarentena se dedicó a uno de sus pasatiempos favoritos: cocinar y hornear.

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“En la cuarentena, todas las semanas había dulces aquí en la casa, porque yo hacía pie, galletas, panes de canela y los preparaba con mucho cariño. A todos les gustaba. Siempre veo recetas en Internet y hasta desarrollo algunas propias”, afirma Gabriela. “Entonces llegó mi cumpleaños, el 20 de junio, y habíamos hecho empanadas de queso. Llegaron algunos familiares y todos decían que las empandas estaban súper ricas. Fue desde ese día que decidimos abrir un negocio con los productos dentro de nuestra ciudadela”, acota Fiore.

Así, Sisters Cooking salió de la casa y recorrió otros hogares de Matices. Noemi, a través del chat de residentes de la ciudadela, le ofreció a sus vecinos los productos que elaboraban sus pequeñas. De inmediato hubo múltiples pedidos. Los precisos varían, hay combos desde 5 empanas por $ 3 y 4 muchines a $ 3.90.

“Siento que gracias a este emprendimiento, nos hemos unido más con los vecinos. Aquí mismo en las tiendas de otros moradores, solemos comprar el queso, el verde y cuando hacemos degustaciones vamos al parque y les brindamos”, señala Noemí.

Los pedidos también llegan por las redes sociales y las entregas de los bocados son los martes y jueves. Para eso, las niñas, con ayuda de Marcela, la asistente doméstica de la familia, trabajan toda la semana. Esto incluye comprar los productos y los recipientes para los empaques.

“Los pedidos los acumulamos desde el viernes hasta el lunes. Lo que más nos piden son las empanadas de verde, los panes de canela y los muchines. Por ejemplo, entregamos un promedio de 110 empanadas a la semana. Se nos va uno o dos racimos de verde”, dice Gabi, quien además maneja el Instagram del negocio.

En su primer mes de trabajo, julio, Sisters Cooking vendió 1.000 dólares. De esa cantidad, $ 700 fueron las ganancias. Los meses siguientes resultaron un poco menos de esa cantidad, pero también rentables. Tanto así que decidieron apoyar, con parte de sus beneficios, a la fundación de animales.

Cada fin de mes, las niñas van a visitar a las mascotas y a preguntar qué necesitan. Les compran comida, platos, insumos para asearlos, entre otras cosas. Cuidan tanto de las mascotas que, entre sus creaciones en la cocina, hasta se lanzaron a crear croquetas para perros y gatos.

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Las croquetas las hicieron con atún y harina de avena. Con aceite de oliva para los gatos y para los perros maní molido. Le compartieron a las mascotas de los vecinos y a los de la fundación. Esta actividad la han repetido varias veces.

“Un tío, que es voluntario en la fundación nos involucró en ella”, dice Fiore. “Nos gusta tanto apoyar a esos animalitos, que yo ya soy madrina de 5 perritos. Estoy pendiente de ellos, si se enferman y si necesitan algo", continúa Gabi.

Los estudios

Para poder realizar todas estas actividades, las adolescentes se levantan temprano para hacer los deberes, recibir las clases vía virtual y preparar los pedidos. Destacan, que hay días con mucho trabajo en los que deben levantarse a las 06:00 e ir a la cama hasta pasada la media noche.

Antes de la pandemia, en sus horas libres, después del colegio y la escuela, Gabriela practicaba como cheerleader y tenía clases de hip-hop; y Fiorella hacía gimnasia olímpica.

Sisters Cooking
Las jóvenes emprendedoras, acomodan la mesa, luego de preparar los dulces.CHRISTIAN VINUEZA/EXPRESO

Pese a tener que aplazar sus entrenamientos, el desarrollo del negocio y la creciente de la clientela, las mantiene felices y ocupadas.

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“Yo ahora estoy reuniendo para comprarme una laptop, que me servirá para cuando vaya a la universidad a estudiar biotecnología y para matricularme en cursos de repostería y gastronomía”, dice Gabi. “Yo también pongo mi dinero en la alcancía, a veces saco para complacer unos antojos. Aún no tengo claro para qué ahorro, pero me gusta tener la plata guardada”, acota Fiore, la menor.

Las chicas planean seguir estudiando e ir de la mano con su negocio, al que quieren convertir, más adelante, en una "elegante cafetería".

“Yo las admiro porque tienen mucha paciencia. Cuando hacen un nuevo producto, hacen dos diferentes, por ejemplo, con sabor a canela y otro sin canela para que el resto probemos y decidamos juntos cuál es mejor. Ellas han aprendido mucho a trabajar, a sacar costos a trabajar en familia y eso me hace feliz”, destaca Noemi, su mamá.

Si sabes de un personaje de tu barrio que todo el mundo debería conocer, escribe a lopezk@granasa.com.ec