
Miércoles de ceniza: Fieles buscan tiempo para la fe en la jornada laboral
Cientos de ciudadanos se tomaron el tiempo de asistir a la misa en hora de almuerzo
La fe insta al constante sacrificio, y por eso los trabajadores guayaquileños se toman su tiempo para la unción de la ceniza, así sea en el almuerzo.
Aunque una leve llovizna irrumpía en la cotidianidad, no detuvo a los cientos de fieles que se congregaron en la Iglesia Nuestra Virgen de La Alborada, al norte de Guayaquil.
El templo estuvo lleno, y por las personas que seguían llegando, la misa de las 13:15 tuvo que retrasarse un par de minutos. Dafne Rodríguez considera que esta es la hora ideal porque “mientras más temprano, mejor”, dijo.
Estrategias para cumplir con la tradición
“Intentamos venir en la mañana, pero la fuerte lluvia nos contuvo. Ahora pedimos permiso en el trabajo. Hay que venir a dar gracias. Claro que vale la pena la escapada”, sostuvo la fiel católica, quien iba de la mano de su madre a buscar entre los escasos puestos disponibles.
“Esta es la mejor hora para venir. Es mucho más tranquilo. Esto es lo que nos pide la fe. Cualquier cosa, menos faltar. Hay que también vivir la Cuaresma como manda Dios: oración, ayuno y limosna”, dijo Jorge Galán, quien entraba a la iglesia de la mano de su esposa.
La misa para la unción de ceniza avanzó con acelerado ritmo, casi en complicidad con la responsabilidad de volver a las oficinas a seguir produciendo.
Muchos marcaban la cruz en su frente y, persignándose como quien pide perdón por irse antes, volvían a sus actividades diarias.
El padre, en medio de su sermón del Evangelio, hizo una analogía de la Cuaresma con las inundaciones de la ciudad.
“El agua empozada es como el pecado. Y allí vemos a los autos bajos queriendo pasar como sea a través del pecado; se quedan ahogados. La Cuaresma es la oportunidad que da Cristo para limpiar y remover toda esa agua acumulada”, reflexionó.
Porque, al final, este acto es uno representativo, entre los tantos que contiene el calendario católico. Por eso muchos hacen el esfuerzo de no perdérselo.
“Si hay que cuidar el trabajo, lo mejor es madrugar o venir en la tarde, que también hay. Pero no falten. Esta es la fe que tenemos y con la que buscamos cambiar al mundo”, dijo Elizabeth Benavides, invitando a los feligreses a honrar a Dios con la asistencia a la misa.
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