Amigos viejitos
Amigos de décadas que aún se reúnen.CHRISTIAN VASCONEZ/EXPRESO

Excompañeros demuestran que la amistad no envejece

Para este grupo, todos los martes y jueves es el Día de la Amistad. Desde hace seis años se encuentran en la Galería del Malecón 2000.

No tienen un grupo de ‘Whatsapp’ para recordarse la hora y el día del encuentro. Tampoco se envían mensajes para saber quién asistirá o no. Simplemente saben que tienen una cita que es un compromiso de amigos.

Es como un pacto de caballeros y una tradición. Jorge Palacios, Xavier Landín,Mauricio Cisneros, Galo Baquerizo, Leonidas Carreño, Ernesto Landín y GustavoMolina forman un grupo de amigos, a quienes los años no solo les obsequian canas y sabiduría, sino que también afianzan su amistad.

El espacio es ideal. La amplia vista del inmenso río Guayas, que se aprecia a través del vidrio, les brinda paz. A un costado, una tienda de café les proporciona dulces y bebidas frías. Aunque en realidad, ellos solo necesitan una mesa y varias sillas para divertirse.

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Desde hace seis años, cada martes y jueves, a las 10:00, se reúnen en un rincón de la galería del Malecón 2000 para recordar anécdotas que los hacen sonreír. De vez en cuando también comparten uno que otro inconveniente personal y las soluciones salen a relucir.

Se conocieron hace más de cincuenta años, cuando trabajaban en el Banco de Descuento de Guayaquil, una entidad fundada en 1920 que cerró sus puertas en 1985. Desde entonces no han dejado de reunirse.

Antes del Malecón, estos exbancarios, más otros compañeros, se citaban en dos paradas: en el bar La Flor de Mayo y en la taberna Barco.

De esta última guardan algunas anécdotas. “Íbamos al bar de Celso Barco, que tenía el nombre del dueño: Barco. Era apenas un local con piso de tierra donde acudíamos cada viernes por baile y bebidas”, relata Gustavo Molina, de 83 años, quien fue asistente de gerencia de la entidad bancaria.

“Le decían el viernes de los banqueros”, acota Jorge Palacios, de 85 años, quien laboraba como recibidor y pagador.

Es que les entretiene evocar cómo se divertían a la salida del trabajo en ese bar. “Salcedo nos fiaba todos los viernes los tragos. Pero de lunes a jueves entraba al banco como cualquier cliente y no nos decía nada. Al verlo allí, a todos nos daba vergüenza deberle plata, entonces sin que nos diga nada, uno a uno se acercaba a él a pagarle su dinero. Pero luego, el viernes la historia se repetía”, narra Gustavo Molina, mientras el resto ríe a carcajadas.

La costumbre de encontrarse es una tradición para antiguos compañeros detrabajo.

“Pasa de generación en generación”, comenta Xavier Landín, de 72 años, quien atendía en una de las cajas. Es que antes de ellos, otros empleados del banco también se reunían en algunos bares. “Unos ya dejaron de reencontrarse porque son muy mayores o porque pasan a una mejor vida”, explica Mauricio Cisneros, el más locuaz, economista de 59 años y el más joven del grupo, quien trabajó como delegado ante las cámaras de compensación.

Hay anécdotas que se repiten una y otra vez. No se aburren, pues hay algunos como Leonidas, de 91 años, el mayor de todos, exauditor del banco, a quien la memoria “le empieza a jugar una mala pasada”.

En sus conversaciones, el fútbol y la religión están prohibidos, por la polémica que causarían y que podría herir susceptibilidades.

Hablan a veces de política, a veces de la familia o de cómo la tecnología los ha divorciado de un mundo al que conocían como la palma de su mano. “Ahora, si se va el sistema no hay cómo hacer un trámite bancario. Los cajeros cuentan y recuentan el dinero con unas máquinas, nosotros lo hacíamos todo manualmente”, dicen.

Un tema recurrente es el médico; y el que da las recomendaciones es Jorge. “Él es el todólogo, el que sabe qué es bueno para cada enfermedad que se nos presenta a esta edad”, precisan sus amigos.

Como Jorge, cada uno tiene su peculiaridad: Leonidas es el reservado; Galo, eldeportista; y Ernesto, el que nunca quiere decir su edad. “Para qué se inventaron la edad”, alega. Y en realidad no hace falta saberla, pues ellos demuestran que la verdadera amistad no envejece.

Festejo

Un San Valentín de siempre

Hoy se celebra mundialmente el Día de San Valentín, también conocido como elDía del Amor y la Amistad o Día de los Enamorados.

Este día los lugares de distracción como parques, restaurantes, bares, discotecas, sitios turísticos y más, son visitados por enamorados y grupos de amigos, quienes no quieren dejar pasar esta fecha sin afianzar su amor y su amistad.

Para Jorge Palacios y sus amigos, todos exbancarios, en realidad San Valentín es celebrado cada martes y jueves, días en los que se reúnen para pasarla bien.

Coincidencialmente el día donde abundan los corazones y regalos es también uno de los días planteados para el encuentro de los veteranos.

Los hombres llegan a la cita, algunos desde el centro, otros desde ciudadelas como la Alborada, en el norte, y Los Esteros, en el sur, que es de 10:00 a 12:00, en la galería del Malecón 2000.