AQUILES ALVAREZ
El alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, se pronunció sobre los cortes de luz en el país.TOMADA DE @AQUILESALVAREZ

El discurso de Aquiles Álvarez desdibuja su imagen y gestión

Ciudadanos piden que sea más asertivo y evite conflictos. Para expertos, falla el asesoramiento

En un año de mandato como alcalde de Guayaquil, Aquiles Alvarez, quien este viernes 24 de mayo hace su rendición de cuentas, ha llegado a la ciudadanía con un discurso que ha sido inapropiado, opinan los ciudadanos y expertos en comunicación política consultados. Que en él se refleja una falta de asesoramiento en las declaraciones que vierte en espacios públicos y en redes sociales, como el medio digital X, donde hasta se ha peleado con los usuarios, alegan.

Expresiones como: “Así es, son unos imbéciles los del malecón 2000 (...). Hay que estar en todas, hasta con los que tienen el mate limitado”, que fue el comentario que lanzó en X la noche del 25 de marzo, luego de que se viralizó la imagen de una adulta mayor vendiendo pedazos de papel higiénico, en pleno sol sobre la vereda y en los exteriores del espacio, cubierto en un tramo con una especie de malla negra que precisamente impedía el paso o venta de los informales; o ciertas declaraciones a la prensa, como cuando hizo comparaciones entre el Puerto Principal y Suiza, afirmando que Guayaquil nunca ha sido como esa nación y que siempre habrá problemas (...), por lo que quien espere que la ciudad se convierta en ese país europeo, debe irse a vivir allá; son una muestra de que el primer edil es explosivo y actúa “sin pensar”, a decir de ciudadanos como Javier Andrade y Antonella León.

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“Esas palabras, que desde mi óptica son hirientes, no creo que las merecemos nosotros, sus votantes. Que con lo que dijo de Suiza luego pidió disculpas, es verdad. Pero, ¿recuerdan lo que dijo? Que actuó así por haber experimentado un momento de ‘cabreadez’, como buen guayaco. Perdóneme, señor alcalde, pero no debe excusarse y peor así. Bravear o vociferar jamás le hará bien a Guayaquil”, expresa León.

Para la abogada guayaquileña Andrea Ramírez, el alcalde no mide la magnitud de las palabras que utiliza. “Si bien se reconoce al guayaquileño como un ciudadano directo y que tiene un vocabulario un poco peculiar, él en ocasiones se olvida de que es una autoridad. Por intentar ser un guayaquileño, igual que todos los demás, pierde el norte de que es una figura ejemplar. Y no quiero menospreciar al guayaquileño promedio, sin embargo considero que debemos ser una sociedad mejor, que debemos tratarnos con respeto y romper patrones de lo que comúnmente en otros políticos hemos escuchado”, alega.

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Asimismo, Argenis Quiroz, guayaquileño y estudiante del último ciclo de la carrera de Comunicación de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, considera que el alcalde no está bien asesorado comunicacionalmente, pues su forma de expresarse ha sido marcada por declaraciones agresivas y poco éticas.

Más que el discurso que es confrontativo, propio de un líder masculino, los ciudadanos quieren ver acciones. El discurso puede ser pasado por alto, si la gestión fuera propicia.

Ingrid Ríos

Doctora en Estudios Latinoamericanos

“Afectan mucho a su imagen este tipo de declaraciones y comportamientos y hace creer que no estaba preparado para dirigir una de las ciudades más importantes del país. En campaña fue otra persona que, a mi parecer, por ser una cara nueva y al tener en ese entonces un discurso diferente, tuvo mayor aceptación”.

Janeth Campoverde, máster en Comunicación Corporativa y docente de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo, también se refiere al efecto que han tenido en la ciudadanía las exclamaciones del primer edil, y frente a ello recomienda un asesoramiento efectivo que mejore su imagen.

“Los altos funcionarios, tanto a nivel corporativo y más a nivel público, deben contar con un asesoramiento comunicacional permanente, porque no solo proyectamos un mensaje con la palabra hablada, sino también con los gestos, posturas e imagen (vestimenta, colores, entre otros). Es ahí donde el asesor debe hacer hincapié en estos elementos y continuamente revisar el contexto diario del funcionario, en este caso del alcalde, para brindarle las recomendaciones debidas”.

Campoverde analiza también sociológicamente el comportamiento del guayaquileño y se refiere a la tendencia que hay, hoy en día, de no pasar por alto las declaraciones duras de los funcionarios públicos. “En nuestro entorno, tanto nacional como regional, los ciudadanos estamos acostumbrados a los discursos ‘paternalistas’ y más cuando experimentamos una situación vulnerable en el país. 

Definitivamente debería cambiar este tipo de comportamientos y expresiones, sobre todo en las plataformas donde mayormente es visto, la red social X, con la prensa.

Argenis Quiroz

Universitario guayaquileño

Es por eso que al recibir un mensaje ‘duro’ por parte de nuestras autoridades nos sentimos afectados y maltratados, sin conocer el momento o situación en el que se generó. Repito, en estos tiempos de comunicación digital, un funcionario público siempre va a necesitar asesoramiento sobre el discurso que debe manejar”, concluye.

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Ingrid Ríos, doctora en Estudios Latinoamericanos con líneas de investigación en populismo y movilización social e identidades políticas, habla con EXPRESO sobre las expresiones del jefe municipal y comenta que sus alocuciones son confrontativas ante los reclamos de la gestión municipal, y que generalmente es reaccionario.

“Es un discurso fuerte que va relacionado a una figura de liderazgo masculino, que creo que quiere transmitir el alcalde a su ciudad. No es algo nuevo, es la imagen que ha mostrado desde un principio. Un liderazgo masculino y confrontativo, que busca dar cuenta de lo que se está haciendo, de una forma poco sutil”.

Ríos también considera que la ciudadanía pide más que cambiar su discurso o modularlo “bajándole un poco las revoluciones”. Es decir, que demuestre su gestión con acciones concretas. “Si los discursos estuvieran de la mano con la buena gestión de la alcaldía, no generarían tanto ruido. La percepción es que habla mucho y hace poco”.

En estos tiempos de comunicación digital, un funcionario público siempre va a necesitar asesoramiento sobre el discurso que se debe manejar, por la diversidad de públicos y criterios.

Janeth Campoverde

Especialista en comunicación corporativa

Con este último punto coincide Raúl Morocho, habitante de la Alborada. “Siento que al alcalde no se le puede decir nada porque de una te frena, pero insultándote. Esa es su barrera hacia el ciudadano. A la fecha no sé qué ha hecho. Él dice mucho, siempre lo mismo, pero lo que vemos los guayaquileños en obra pública y proyectos es poco”, concluyó.

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