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Cristopher Pilligua, César Cárdenas e Isabel Ubilla aún cursan la Universidad pero al mismo tiempo trabajan en la empresa Renova Concept, donde realizan varias tareas, como ser residentes de obra.Cristian Vinueza

Constructoras guayaquileñas, la otra escuela de los futuros arquitectos e ingenieros

Jóvenes construyen su 'edificio' profesional con el apoyo de empresas que les permiten ampliar sus conocimientos y una oportunidad laboral

"Quiero hacer edificios que produzcan un nuevo tipo de paisaje, que fluyan junto a las ciudades contemporáneas y las vidas de sus habitantes", dijo alguna vez la famosa arquitecta anglo-iraquí Zaha Hadid. La frase encierra los sueños que, de una u otra manera, tiene todo proyectista y constructor desde que inicia su carrera. Y es precisamente Hadid (1950-2016) quien inspira hoy a la joven guayaquileña Isabel Ubilla, de 22 años, que estudia Arquitectura en la Universidad Católica de esta ciudad y al mismo tiempo trabaja en las obras, donde las papas queman, como suele decirse.

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Ella comenta que ha escogido esta actividad no por novelería o para obtener un cartón y colgarlo en su pared, sino porque le apasiona. Y habla muy en serio: dos años antes de graduarse, ya se convirtió en residente de obras y cobra todos los meses un sueldo por ello.

Pero esta joven de ojos vivaces y tez blanca, como muchos otros chicos que estudian Ingeniería civil, Arquitectura y Diseño de interiores, probablemente no hubiera podido demostrar sus aptitudes a una corta edad y a mitad de sus estudios, de no ser por el apoyo de algunas empresas constructoras y estudios de diseño arquitectónico, que en los últimos años vienen abriendo sus puertas a los estudiantes de estas carreras.

En una de estas empresas ubicada en la ciudadela Urdesa, junto a Ubilla se capacita y trabaja César Cárdenas Garofalo, de 25 años, también de la Católica de Guayaquil. Él está en octavo semestre de Arquitectura y por la pandemia recibe sus clases en forma virtual.

A ellos se suma Cristopher Pilligua (23) quien estudia Diseño de Interiores en la Universidad de Guayaquil, y actualmente reparte su tiempo entre las clases y el trabajo.

"El primer día que me mandaron a obras confieso que estuve nerviosa. Yo era la única mujer", recuerda Ubilla, quien por estos días trabaja en los acabados de un departamento que se está construyendo en el centro de la ciudad. 

Pilligua y Cárdenas, en cambio, están trabajando en obras grises de diferentes proyectos que ejecuta la empresa. Ambos aseguran que piensan llegar muy lejos en el mundo de la construcción y el diseño y que nunca olvidarán a la co mpañía que les dio la mano para  hacer las prácticas y hacerse de sus primeros puestos de trabajo en un sector como el de la construcción que busca recuperarse luego de la pandemia, donde se perdieron al menos 75.000 empleos.

"Estos y muchos otros chicos vienen a hacer sus pasantías de tres o seis meses que les exigen en la Universidad y algunos se quedan laborando aquí o se van a otras empresas (del ramo) con bastante formación y conocimientos", afirma Jonás Vinueza, propietario y director de Renova Concept.

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Vinueza sostiene que la única condición que allí se les pone a los pasantes, practicantes y potenciales trabajadores de la firma, es que en realidad les guste la profesión.

Este arquitecto y constructor considera que a diferencia de otras carreras, en la Ingeniería Civil y la Arquitectura es muy necesario el trabajo de campo, algo que -acota- las universidades no exigen a sus alumnos.

"Las escuelas y facultades de estas carreras deberían considerar para sus alumnos pasen dos años en obra, es decir yo te diseño una casa, una losa, te diseño una pared pero tengo que estar en capacidad de saber como hacerlo", explica.

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El arquitecto y excatedrático de la Universidad de Guayaquil, Jonás Vinueza, indica que ha dado capacitación gratuita a unos 70 estudiantes, muchos de los cuales se quedaron trabajando con él.Cristian Vinueza

Al otro lado de la ciudad, cerca al aeropuerto y el río Guayas, funcionan otras dos constructoras que a lo largo de más de dos décadas de existencia, han sido una especie de escuela o facultad donde también se permite a futuros constructores y planificadores complementan los conocimientos que reciben en las aulas universitarias con la práctica en obras. Son las constructoras Valero y Construdipro, que hoy tienen en su equipo a profesionales y practicantes que llegan desde las distintos centros académicos superiores.

Así llegó Antonina Romero, una ingeniera civil que, antes de obtener su título, a los 23 años, ya había logrado su sueño de trabajar en obras inmobiliarias grandes.

"Eso tal vez hubiese sido un poco más difícil lograr sin la ayuda de la empresa que me permitió hacer prácticas y luego trabajar con ellos", dice la joven, hoy con 24 años y graduada en la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Espol.

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Antonina Romero ya trabajaba en esta obra en los Ceibos meses antes de graduarse de ingeniera civil en la Espol. Instantes después de su incorporación volvió al trabajo vestida como estaba.cortesía

"Como empecé en una obra grande he tenido la oportunidad de aprender de todo un poco", añade Romero, quien es una de los 279 pasantes que han tenido Valero y Construdipro juntas, y hoy es parte del equipo de estas constructoras hermanas que hoy levantan '100 Olivos', un complejo de edificios residenciales y comerciales en la pujante zona de Ceibos.

Entré en la constructora faltando un semestre para graduarme. Mis jefes me daban cuatro horas al día para que me siente por ahí a tomar mis clases, así que me gradué trabajando.

Antonina Romero, ingeniera civil

"IR POR PRIMERA VEZ A LAS OBRAS ES COMO IR A LA GUERRA"

Pero ¿cuál es el momento indicado para que un estudiante de estas carreras pase de la computadora y los planos en la oficina, al trajinado mundo donde el cemento, el hierro y otros materiales dan forma a grandes ideas y soluciones, reflejadas en nuevas y modernas  estructuras?

"Cuanto antes", responde Luis Valero, presidente de las dos constructoras. "Ir a trabajar en obra por primera vez es como ir a la guerra, o como hacer la conscripción".

Tras recordar que Valero y Construdipro (de la cual también forma parte), han tenido y tienen al momento pasantes y practicantes que estudian en la Universidad de Guayaquil, la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) y otras entidades, este arquitecto sostiene que el principal consejo que suele dar a los futuros ingenieros y arquitectos es que actúen con responsabilidad.

A los practicantes les preguntamos dónde viven para buscarles una obra que estén más cerca de sus casas y tengan más facilidad de transportarse. Actualmente en Milagro tenemos tres chicos en un proyecto nuestro de allá.Luis Valero, constructor

"La responsabilidad y trabajar técnicamente, porque hay mucho profesionales que por ganar plata no trabajan técnicamente, siempre hacer las cosas bien, dentro de la técnica y eso es una responsabilidad", insiste.

La empresa de Valero nació en Urdesa y hoy tiene su sede en el edificio Sky Building, junto al aeropuerto, aunque antes pasó un tiempo en la ciudadela Kennedy, que ha sido la cuna de conocidas constructoras guayaquileñas, como Furoiani, Compañía General de Construcciones y otras, que también han sido 'escuelas' de buenos profesionales.

FALTA APOYO DE MUNICIPIOS Y OTRAS INSTITUCIONES

A diferencia de otras carreras y profesiones la de los ingenieros civiles, arquitectos e interioristas tienen mucho campo de acción en el Ecuador, pues las ciudades se van modernizando y las familias siempre quieren mejorar y renovar sus viviendas.

Orlando Ortega, quien presidió el Colegio de Arquitectos del Guayas, asegura que es un buen momento para quienes buscan trabajar profesionalmente en el sector constructor e inmobiliario, ya que en un mundo globalizado como el actual, las herramientas de aprendizaje están a la mano de los interesados.

"Que tomen cursos, seminarios, que vayan a eventos -recomienda-, porque terminan la universidad y luego viene el tener que buscar donde ejercer, y ahora que se crean nuevas tecnologías, todo cambia".

Puso como ejemplo que la pandemia de la Covid hizo que los hospitales demandaran nuevas áreas físicas, remodelaciones "y allí tuvieron que actuar los diseñadores e ingenieros".

Pero la perspectiva de Ortega no queda allí. Este técnico cree que este tipo de profesionales no es muy tomado en cuenta por instituciones como los municipios, centros comerciales, edificios residenciales y urbanizaciones cerradas. Estos últimos, dice, contratan a personas empíricas para administrarlos. Allí hay de todos menos arquitectos, sostiene.

José Solines, Constructora Solines

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Sugiere, por tanto, que al menos los gobiernos locales y seccionales como municipios hagan convenios con las universidades para que los estudiantes vayan a hacer sus pasantías y luego a trabajar en estas instituciones.

SUEÑOS Y ANÉCDOTAS

  • Isabel Ubilla, estudiante de Arquitectura

"Mi referente e inspiración es la arquitecta Zaha Hadid. Lo que me gusta de ella son sus diseños orgánicos, no estaba acostumbrada a trabajar con líneas rectas.

El primer día que fui a una obra estuve muy nerviosa, era la única mujer en medio de tantos hombres pero eso ya pasó. Hoy las mujeres estamos más presentes en las construcciones.

  • Cristopher Pilligua, estudiante de Diseño Interior

En la obra uno se encuentra lo que es la realidad frente a lo que está en un dibujo.

Estudié esto para ayudar a resolver los problemas de la gente, de la ciudad también, por qué no, pero  sin cometer los errores que se han cometido en cuanto a temas como orden urbano.

  • Cesar Cárdenas G. estudiante de Arquitectura

Mi experiencia en la empresa ha sido muy enriquecedora, ver lo que es la práctica y la teoría, más que nada, las diferentes casos , no todo se desarrolla como uno pensaría en un proceso lineal recto, sino que hay curvas, entonces son situaciones que a veces uno no lo ve cuando está estudiando.

  • Antonina Romero, ingeniera Civil

Mi primer día en obra, como era todavía estudiante, fue sacar copias, mover papeles, medir paredes, cosas sencillas. Poco a poco fui aprendiendo más y ahora soy una de las ingenieras en un gran proyecto que se desarrolla en Guayaquil.

A veces estamos fundiendo y a la manguera del hormigón le da la gana de saltar y he terminado bañada de cemento. Son cosas que siempre pasan en una construcción pero ya me he acostumbrado.