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Rodríguez tiene cualidades para crear juego y asociarse. Se entiende bien con José Francisco Cevallos.Miguel Canales León / Expreso

Sebastián Rodríguez, un mago destinado a ser azul

El volante uruguayo pudo llegar a Emelec hace unos años, tiene un apodo en particular que no le gusta y está con ganas de competir

Hay destinos que se hacen esperar, pero al final se alcanzan. Sebastián Rodríguez, volante uruguayo de Emelec, tuvo en su mágica cabeza el nombre del club desde 2018, pero por esos detalles de negociaciones no pudo vestirse de azul, sin embargo la vida tenía escrito un capítulo de este color para él.

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“A mí me buscó Emelec en 2018, a finales de ese año. Hablaron con mi representante, estaban las conversaciones avanzadas, pero al final hubo otra oferta y me terminé yendo a jugar a México, al Atlas”, explicó el volante a EXPRESO.

“Como cualquier jugador, hice la típica que empiezas a investigar dónde juega, su hinchada y me atrajo mucho. Y me quedé con esa espinita de llegar. Ahora que volvió aparecer la oportunidad supe que tenía que venir. Lástima que el coronavirus nos frenó todo, pero aún queda tiempo para demostrarle a la gente”, agregó.

Rodríguez se convenció del proyecto del Ismael Rescalvo y, a pesar de tener pocos partidos, se ha ganado el cariño y respeto de la hinchada por su calidad técnica y visión en el campo.

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Rodríguez, al igual que todo el plantel de Emelec, ha vuelto a los entrenamientos por grupos y acotando las medidas de bioseguridad que el COE nacional exige.Cortesía Emelec

“Coincidimos con Ismael en la forma de ver el fútbol, con mucha posesión de pelota, buscando ir siempre hacia adelante, ser el que propone en la cancha. Además que tenemos otros grandes jugadores para aplicarlo”, agrega el jugador.

Y es que Rodríguez es de esos jugadores que tiene en el ADN brillar con sus asistencias. Prefiere aportar con una de estas que anotar un gol.

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“Que mi papá no lo lea, pero sí, me contento más con un pase filtrado entre líneas para un compañero, que anotar un gol de media distancia. Muchas veces mi viejo me reclamaba porqué no anotaba y después viendo repeticiones me daba cuenta que podía, pero lo disfruto más”, dijo.

Rodríguez reconoce que pudo pulir su técnica en su paso por Europa. Cuando militó en España y Suiza.

Sabía que Emelec es un grande, pero no me imaginé ese recibimiento en el aeropuerto. Eso te motiva a no fallarle a esta hinchada.

“Fue una cambio muy marcado ir al fútbol europeo. Sobre todo pude entender y aprender los beneficios del control orientado, un aspecto clave para mi posición”, sumó.

Es por esto que el apodo del Mago que raspa, se adhiere a sus características, no así el de Comandante, un apodo que le dejó una anécdota en la Explosión Azul.

“Recuerdo que estaba emocionado por salir y escucho en el altavoz, que dicen el Comandante Rodríguez y yo dije, ¡ah!, no hay otro con mi apellido, pero era a mí. Luego tuve que decirle a la gente de prensa del club que ese no es mi apodo. Me dicen hasta Cabeza, pero no Comandante”, recordó.

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Rodríguez se suma a la lista de uruguayos en el país, de hecho, los que militan en Liga de Quito fueron sus grandes amigos en Nacional de Uruguay.

“Tengo una relación tremenda con Aguirre y Zunino. De hecho fue Aguirre quien me habló muy bien de Emelec, del estadio, del Clásico y del torneo que es competitivo”, mencionó.

El charrúa le dio vuelta a la página de la pandemia y asegura que está feliz “por volver a pisarla” (a la pelota) y que si fuera por él “empezaríamos el campeonato mañana, estoy loco por jugar”.