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La tiradora Marina Pérez entrena en el Polígono de Guayaquil.Cortesía

Marina Pérez venció al COVID

La tiradora olímpica se enteró de su contagio dos meses después de haberlo superado. Ya está clasificada a los Juegos de Tokio.

La deportista Marina Pérez y su esposo tuvieron COVID-19, pero se enteraron dos meses después. La tiradora olímpica, ya clasificada a los Juegos de Tokio que se celebrarán en 2021, dio positivo en las pruebas rápidas que se realizó antes de volver a sus entrenamientos en el Polígono de Guayaquil, las cuales detectan si una persona ya tuvo el virus.

“Hace dos meses me dio una gripe. Tenía fiebre y tos, pero como todos decían que con el COVID uno no podía respirar, y eso no me pasó, no pensé que sería eso. Tenía la duda. Mi esposo perdió el gusto y el olfato por tres días y luego se curó. Nos sometimos a vaporizaciones en casa y a ungüentos de eucalipto y se nos pasó. Luego supimos que sí fue COVID”, contó.

En época de cuarentena, Pérez, de 30 años, se dio maneras para mantenerse en forma. Poco antes de que se desate la emergencia, había iniciado un proceso para adquirir una pistola de aire comprimido y con esto pudo afinar la puntería sin salir de casa.

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Entrenó con su arma no letal pero, eso sí, lo hacía con ventanas y cortinas cerradas para que “los vecinos no piensen mal”. Pese a ser un artefacto no letal y que solo se mide la fuerza del disparo con un ‘clic’, se trata de una pistola y, de todas formas, Pérez requiere de un permiso para portarla y usarla.

Casi 1.500 dólares pagó la tiradora por su arma. Ella y su familia (reside con su esposo y su suegra) viven del ingreso económico que Pérez recibe del Plan de Alto Rendimiento.

El esposo de Pérez está desempleado, ya que la pandemia lo sorprendió cursando el último año de la carrera de Administración de Empresas y Marketing.

Antes del inicio de la emergencia, Pérez ya había conseguido su cupo para participar en los Juegos Olímpicos de Tokio, tras ganar medalla de plata en los Panamericanos de Lima.

Además, en esa misma cita en la capital peruana, obtuvo dos preseas de bronce: una en la categoría mixta y otra en pistola deportiva de 25 metros. “Eso me convirtió en la primera deportista latina en lograr tres medallas en un mismo campeonato panamericano”.

La paralización por la pandemia no fue del todo mala, según la deportista. Los meses entre marzo y junio suelen ser los más complicados en su carrera, puesto que es cuando más sale de viaje, así que nunca había podido celebrar sus aniversarios. “En mayo cumplimos tres años y fue la primera vez que mi esposo y yo pudimos pasar juntos”.

Ahora Pérez vive con el temor de la pandemia. Se transporta al Polígono en bus, así que toma todas las medidas posibles (le queda a 15 minutos de viaje). “Ando con mi traje de bioseguridad para no cambiarme de ropa a cada rato”.

Uno de los planes que truncó la presencia del COVID-19 fue una pequeña gira que Pérez estaba por realizar junto a su entrenador, el mexicano Hugo Hernández. Tenían planificado realizar entrenamientos y campamentos por Europa y Asia, esto con el objetivo de aclimatar al cuerpo a la diferencia de huso horario en Tokio.

“Tuve problemas con la visa y eso me impidió salir. Todo pasa por algo. Si hubiera conseguido los papeles, la emergencia me habría sorprendido en la India, donde iba a competir en la Copa del Mundo a mediados de marzo”. PCD