Ciencia y Tecnologia

Tras la "huella microbiana" de las ciudades

Se trata del proyecto MetaSUB que estudió las diversas especies de microbios que se encuentran en superficies urbanas de uso cotidiano en 32 países de seis continentes

La investigación, cuyos resultados se publicaron este miércoles en la revista científica Cell, se llevó a cabo entre 2014 y 2017.
La investigación, cuyos resultados se publicaron este miércoles en la revista científica Cell, se llevó a cabo entre 2014 y 2017.EFE

En cada asiento o barandilla del metro se esconden a plena vista centenares de microorganismos, pero ¿cuál es la diferencia entre los de París, El Cairo, Seúl o Río de Janeiro? Con un muestreo de 60 ciudades, un estudio científico da la respuesta.

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Se trata del proyecto MetaSUB, un consorcio internacional de científicos que, coordinando esfuerzos, estudiaron las diversas especies de microbios que se encuentran en superficies urbanas de uso cotidiano en 32 países de seis continentes.

La investigación, cuyos resultados se publicaron este miércoles en la revista científica Cell, se llevó a cabo entre 2014 y 2017 y, como detallan los autores del artículo, constituye el primer catálogo sistemático de ecosistemas microbianos urbanos desarrollado a nivel global.

De las principales conclusiones del trabajo se extrae así que cada ciudad tiene su propia "huella microbiana", puesto que las diversas localidades, según su población y varios factores ambientales, tienen una comunidad de microorganismos característica.

"Si me dieras tu zapato podría decirte con 90 % de precisión la ciudad del mundo de dónde vienes", aseguró Christopher Mason, profesor de la Weill Cornell Medicine y autor principal del artículo.

De acuerdo a la publicación, el estudio implicó la recolección de unas 4.728 muestras en superficies de sistemas de transporte, hospitales y otros espacios públicos en las que se detectaron 4.246 especies de microorganismos conocidas y 11.676 desconocidas, de las cuales 10.928 corresponden a virus y 748 a bacterias.

En esa línea, según Mason, es probable que "cada vez" que alguien se sienta en el metro se lleve consigo una especie nueva.

En cuanto a la metodología, detalla que las muestras se analizaron utilizando la técnica de secuenciación "shotgun metagenomics", que registra la presencia de bacterias, arqueas y virus que utilizan el ADN como material genético, por lo cual virus que utilizan ARN como el SARS-CoV-2 no se identificaron.

Sobre el potencial de los hallazgos, el artículo señala que servirán para "detectar brotes de infecciones conocidas y desconocidas", así como para estudiar la prevalencia de la resistencia a antibióticos.

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El proyecto Consorcio Internacional MetaSUB, sigla en inglés que abrevia Metagenómica y Metadiseño de Biomas Urbanos y Subterráneos, surgió en 2013, cuando Mason comenzó a recolectar y analizar muestras del metro de Nueva York.

Después de publicar sus primeros hallazgos, el investigador fue contactado por científicos de todo el mundo que querían hacer estudios similares en sus propias ciudades y desarrolló un protocolo para la recolección de muestras.

A raíz de un trabajo más específico sobre el microbioma en aguas residuales, científicos uruguayos del Instituto Pasteur (IP) de Montevideo inspiraron la creación de otros dos proyectos, denominados MetaSEW y MetaCOV.

El consorcio lanzó, además, en 2020 un nuevo estudio enfocado en investigar la prevalencia del SARS-CoV-2 y otros tipos de coronavirus en los gatos domésticos y planea un estudio de superficies en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 como el que ya condujo en los de Brasil en 2016.