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Convierta el aprendizaje en un juego con la técnica del pomodoro.Shutterstock

Técnica pomodoro: la receta para las buenas notas

La distribución del tiempo de estudio en pequeños fragmentos mejora la retentiva y el aprendizaje.

La hora de estudiar y hacer las tareas escolares no debería ser una tortura. Por suerte, aunque no todos los niños aprenden del mismo modo, en la actualidad existen varias herramientas para reducir ese ‘suplicio’, y una de ellas es la denominada técnica Pomodoro.

Este método, que hace referencia al tomate, es un sistema que divide el trabajo en sesiones de enfoque de 25 minutos, seguidas de tiempos de reposo de 5 minutos.

La razón de su nombre nos remonta a Italia en la década de 1980. Francesco Cirillo, un ingeniero informático, se propuso mejorar su tiempo de estudio a través de un temporizador de cocina en forma de tomate (‘pomodoro’ en italiano). De esta manera, creó un mecanismo que es utilizado a nivel mundial para mejorar la productividad.

De acuerdo con Unicef, los períodos de concentración varían con la edad. Niñas y niños se pueden enfocar unos 20 minutos, mientras que los adolescentes durante 45 minutos o más

Cómo implementarlo

Convertir el aprendizaje en un juego es uno de los principales retos de esta técnica, que puede ser usada tanto en niños como adultos. Los objetivos por cumplir y los descansos a modo de recompensa incentivan en sus hijos las ganas de estudiar y los ayudan a evitar interrupciones que puedan desviarlos de realizar sus tareas.

“Aprender a distribuir las actividades de manera efectiva y tener pausas es importante, así como contar con un horario y un lugar donde se vaya a trabajar”, señala Renata Castillo, docente y coordinadora de la carrera de Educación de la Universidad San Francisco de Quito.

Paso a paso

Cirillo, en el libro que lleva el nombre de la técnica, explica los pasos para ejecutar el procedimiento y así usted puede aplicarlo en casa con los más pequeños:

  • Defina la meta a conseguir y coloque el temporizador.

  • Trabaje sin pausa durante 25 minutos hasta que suene la alarma.

  • Tome un recreo de 5 minutos.

  • Repita. Una vez completados los 4 periodos, descanse de 20 a 30 minutos.

Si su hijo se distrae, no se preocupe, esto es normal. Ante ello, el autor aconseja que la inquietud se anote en un papel y se la atienda después.

Durante el receso recuerde que puede aprovechar para estirar las piernas, ir al baño o comer algún snack.

Mayor concentración

Debido a que ningún cerebro es igual a otro, no existe manera de aprender que nos calce a todos. “Las conexiones neuronales que se dan a partir de las experiencias que tenemos son las que forman realmente nuestra mente, la manera en que vemos el mundo y cómo aprendemos”, sostiene Castillo.

De acuerdo con Unicef, los períodos de concentración varían con la edad. Niñas y niños se pueden enfocar unos 20 minutos, mientras que los adolescentes durante 45 minutos o más.

Para ayudar a mejorar esta atención, la catedrática enfatiza que la información debe ser significativa y con sentido, es decir, ser de interés para el estudiante y fácil de comprender.

Finalmente, recuerde que antes de implementar técnicas de estudio, lo más importante es revisar hábitos y rutinas en general para lograr un mejor desempeño escolar.