
¿Se puede sembrar té en la luna? Un estudio responde
Un equipo de científicos de la Universidad de Kent está llevando a cabo el detallado análisis
Cultivar alimentos en el espacio ya no es solo una fantasía de ciencia ficción. En el Reino Unido, un equipo de científicos de la Universidad de Kent está llevando a cabo un experimento inusual pero prometedor: plantar té en suelos que imitan las condiciones de la Luna y Marte. La investigación, que marca el ingreso del centro académico en el creciente campo de la agricultura espacial, podría ofrecer claves fundamentales para la vida humana fuera de la Tierra.
Las plántulas utilizadas en el estudio provienen de Dartmoor Estate Tea, una finca ubicada cerca de Ashburton, en Devon. Estas han sido sembradas en suelos especialmente formulados para replicar la composición de la superficie lunar y marciana. Durante 30 días, los investigadores monitorearán su desarrollo en condiciones que simulan el ambiente espacial: temperatura, humedad e iluminación controladas. También analizarán si las hojas acumulan sustancias nocivas, lo que podría ser clave para garantizar la seguridad alimentaria en futuros asentamientos extraterrestres.
“El té es una gran parte de la cultura británica y de muchas otras en el mundo, así que es muy emocionante que esto sea lo que estamos probando”, dice la investigadora Anna-Maria Wirth, de 22 años. A su vez, la física Florence Grant, que cursa su último año en la universidad, celebra la oportunidad de colaborar con otras disciplinas en un proyecto único: “Estoy muy emocionada de ver si las plantas prosperan en los suelos que estamos usando”.
La idea puede sonar excéntrica, pero responde a una necesidad concreta. El profesor Nigel Mason, líder del proyecto y especialista en física molecular, explica: “Estamos entrando en una nueva era espacial, en la que ya no solo queremos explorar, sino establecer bases permanentes en estaciones espaciales, la Luna o incluso Marte. Una de las primeras preguntas que debemos hacernos es: ¿qué van a comer las personas allá?”
Aunque cultivar té puede parecer un lujo, el equipo sostiene que se trata también de una cuestión de bienestar. “Si lo cultivan ellos mismos, los astronautas podrían tener acceso a su infusión diaria, incluso en la Estación Espacial Internacional”, dice Kathryn Harper, de Dartmoor Estate Tea. Una taza caliente podría significar más que simple nutrición: un pequeño ritual de confort en medio de la inmensidad del espacio.
Además de su potencial impacto en misiones espaciales, la investigación podría tener aplicaciones en la Tierra. “Mucho del trabajo básico se centra en cómo sobreviven los cultivos en ambientes hostiles y suelos pobres, algo que también enfrentamos por el cambio climático y la sobreexplotación agrícola”, explica Mason. En ese sentido, aprender a revitalizar suelos estériles podría beneficiar tanto a futuros colonos espaciales como a agricultores del planeta.
Los resultados preliminares estarán disponibles en septiembre.
Un experimento previo
En Chile, un equipo liderado por el investigador Marco Molina (U. de Talca) prueba cultivos espaciales como tomates y lechugas usando microorganismos del desierto de Atacama. En cámaras que simulan las condiciones de Marte, crean comunidades microbianas que activan y nutren las plantas para que sobrevivan sin agua ni oxígeno.
”Este desierto es el análogo de Marte, muy similar en algunas variables: hay un núcleo hiperárido, donde prácticamente no hay precipitaciones, las oscilaciones térmicas pueden llegar a los 100 grados y no hay nutrientes”, explica.
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