
Rosario Diz, la asesora de imagen que une autoconocimiento, color y holística
Premiada por la AICI, explica su fórmula para hacer de su rubro un negocio sostenible y expandirlo en más países.
Hablar con Rosario Diz es entender que la imagen va mucho más allá de la ropa. “La imagen no se construye desde afuera hacia adentro, sino desde adentro hacia afuera”, dice con convicción. En su mundo, un cambio de look es apenas el punto de partida de algo más profundo: un proceso de autoconocimiento.
Fundadora de su propia escuela, Latin Fashion Management, Rosario ha formado a decenas de profesionales en la disciplina de la asesoría de imagen entre Ecuador, Colombia y Argentina. Asimismo, ayudó a abrir la Asociación Internacional de Consultores de Imagen (AICI) capítulo Ecuador hace casi diez años. “Cuando enseño, no busco que repitan fórmulas, sino que descubran su propia voz como asesoras”, explica.
En 2025, su trayectoria fue reconocida con el AICI President’s Award for Exceptional Service, un premio internacional que destaca su aporte a la industria y a la educación en imagen. Ese reconocimiento consolida su nombre entre los referentes latinoamericanos de la consultoría, no solo por su experiencia, sino por su capacidad de inspirar una nueva forma de entender la belleza y la presencia personal.
También ha llevado su práctica hacia un enfoque holístico. No se trata solo de qué ponerse, sino de cómo quererse”, afirma. Desde la meditación hasta la psicología del color, fusiona distintas herramientas que ayudan a construir una imagen más consciente. “El estilo tiene que estar alineado con la emoción; si no hay equilibrio interno, nada se sostiene”.
Desde su escuela, sus programas y su comunidad digital, impulsa una visión más sostenible del trabajo de la asesora de imagen y sin romantizarlo.
La asesoría como negocio
Ha mantenido su escuela y marca por casi una década. ¿Cuál es el secreto?
Construir relaciones. Con empresas es más fácil mantener vínculos a largo plazo: las asesorías se renuevan cada año. Con clientes particulares, a veces la relación es puntual, pero si el trabajo es bueno, te recomiendan. Es un emprendimiento de constancia, actualización y conexión genuina con las personas.
¿Las redes la ayudaron a crecer profesionalmente?
Sí, muchísimo. La mayoría de mis clientas llegaron por redes, sobre todo por Instagram. Pero aprendí a no depender solo de eso. Por ejemplo, además tengo un podcast, un newsletter y una base de correos. Siempre les digo a las emprendedoras: si mañana las redes desaparecen, ¿qué haces? Hay que tener otras cartas bajo la manga.
¿El negocio de la moda es rentable entonces?
Sí, hoy el público es más consciente de lo que hacemos. Ya no hay que explicar tanto qué es una consultoría de imagen, ni la gente siente vergüenza de buscar ayuda. Eso hace que el mercado sea más sólido.
Hoy las redes y la inteligencia artificial están llenas de consejos de moda. ¿Cree que reemplace a las asesoras?
Mucha gente busca orientación allí antes de acudir a un profesional. Pero hay que tener cuidado. Yo he hecho pruebas con herramientas de IA, incluso con análisis de color, y muchas veces los resultados no son correctos. Puede salir bien una vez, pero mal tres. Si la persona no tiene conocimientos, termina confundida. Es imposible que nos reemplace la IA.
¿No la usa ni cuando tiene dudas?
Si tengo dudas con un análisis de color, consulto con colegas. Entre nosotras nos apoyamos mucho. A mis alumnas les repito siempre: somos una tribu. Cuando salgan al mercado, apóyense entre ustedes. Cada una tiene un estilo, un propósito y un público distinto. Hay espacio para todas.
Hablando del mercado, muchas veces se cae en el canje o el trabajo gratuito. ¿Qué opina?
Pasa muchísimo. Muchas asesoras, por amor a lo que hacen, terminan regalando su trabajo. Pero hay que recordar que invertimos tiempo y dinero en formarnos. Lo que hacemos tiene valor y transforma vidas.
¿Qué proyectos vienen ahora?
La certificación en asesoría de imagen y personal shopper continúan, pero ahora mi foco está en acompañar a otras asesoras o emprendedoras a crear y fortalecer su negocio, de una forma rentable y alineada con su esencia.
La holística en la imagen
Rosario lleva la asesoría de imagen más allá de lo visible. “Estudié también biodecodificación, y ahora estoy terminando una formación en diseño humano y otra en psicología positiva, mindfulness y gestión emocional”, cuenta.
Su mirada es holística porque entiende que la verdadera transformación no ocurre frente al espejo, sino dentro de cada persona. “La imagen no se trata solo de vestirse bien o combinar colores. Cuando trabajas con una persona, la imagen puede cambiarle la vida.”
Ese trabajo interno, lo aborda con herramientas simples pero profundas. “Uso desde meditación hasta escritura consciente, para que mis clientas se reconecten con su cuerpo y con el momento presente.” En sus sesiones, no hay juicios ni estándares imposibles: hay escucha, acompañamiento y un proceso que invita a habitar la propia imagen con amor.
Y aunque muchas mujeres llegan buscando soluciones rápidas, una prenda que oculte o un corte que estilice, Rosario insiste en mirar más allá. “Si una persona no se conoce, no se quiere o no se respeta, todo lo que cambie afuera será pasajero”, dice y agrega, “la asesoría de imagen de hoy ya no se trata solo de ropa, sino de coherencia”.
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