
Mejora tu memoria: Siete sencillos hábitos que marcan la diferencia
Pequeñas acciones cotidianas pueden fortalecer la memoria y mantener el cerebro activo, sin importar la edad
Olvidar nombres, perder las llaves o no recordar lo que se iba a decir son situaciones comunes que, con el tiempo, pueden volverse más frecuentes. La ciencia confirma que el cerebro tiene capacidad de regenerarse y adaptarse. No se trata de fórmulas mágicas ni de suplementos milagrosos, sino de hábitos simples que, repetidos con constancia, marcan una diferencia real.
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La memoria funciona como un sistema dinámico que permite al cerebro codificar, almacenar y recuperar información. Cada vez que aprendemos algo nuevo o vivimos una experiencia, las neuronas se comunican entre sí mediante conexiones llamadas sinapsis. Estas redes se fortalecen con la repetición y el uso constante, lo que explica por qué los hábitos diarios influyen directamente en nuestra capacidad de recordar.
Dormir bien, alimentarse de forma equilibrada y mantener la mente activa no solo preservan estas conexiones, sino que estimulan la neuroplasticidad: la habilidad del cerebro para adaptarse y reorganizarse. Así, cuidar la memoria no es solo cuestión de edad, sino de cómo vivimos cada día.
Hábitos que fortalecen la memoria día a día
- Dormir bien: el descanso profundo permite que el cerebro consolide recuerdos y procese la información adquirida durante el día.
- Alimentarse de forma equilibrada: frutas, verduras, cereales integrales y grasas saludables protegen las neuronas y favorecen la concentración.
- Leer todos los días: la lectura estimula la atención, el vocabulario y la memoria verbal, además de mantener la mente activa.
- Aprender algo nuevo: estudiar un idioma, tocar un instrumento o resolver acertijos fortalece las conexiones neuronales.
- Mantener vínculos sociales: conversar y compartir con otras personas reduce el estrés y estimula el pensamiento.
- Reducir la dependencia tecnológica: memorizar datos sin ayuda del celular mejora la memoria operativa y la capacidad de retención.
- Escuchar y practicar música: la música activa zonas del cerebro relacionadas con la memoria procedimental y la concentración.
Rutinas que moldean el cerebro: cómo los hábitos diarios potencian la memoria y el aprendizaje
Diario Expreso conversó con Emma Cedeño, especialista en neurodesarrollo, quien explicó que los hábitos cotidianos como tener un descanso adecuado, leer, alimentarse de forma equilibrada o mantener vínculos sociales actúan como estímulos que fortalecen las conexiones neuronales.
“Cuando estas prácticas se repiten con constancia, el cerebro responde generando nuevas rutas de acceso a la información, lo que mejora la capacidad de recordar, concentrarse y aprender”, señaló.
Además, Emma cuenta que incorporar estos hábitos no solo previene el deterioro cognitivo, sino que también potencia la neuroplasticidad: la capacidad del cerebro para adaptarse, reorganizarse y recuperarse frente a desafíos.
“En contextos de alta exigencia mental, como el trabajo, el estudio o el uso constante de tecnología, cuidar la memoria se vuelve una herramienta clave para mantener el bienestar y la productividad”, indicó. Por eso, más que una recomendación médica, estos hábitos son una inversión diaria en salud mental.

Estos hallazgos refuerzan la importancia de cuidar los pequeños gestos del día a día. Más allá de técnicas complejas o intervenciones especializadas, son las rutinas simples y sostenidas las que moldean el cerebro y potencian nuestras habilidades.
Incorporarlas con intención no solo mejora el bienestar, sino que abre nuevas posibilidades para aprender, adaptarse y conectar con los demás.
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