
De la cercanía al exceso: cómo crían hoy los padres millennials
El teletrabajo, los horarios flexibles y un cambio en las expectativas sociales han transformado la paternidad
Los padres de la generación millennial han transformado la manera de criar a sus hijos, integrando prácticas más participativas y cercanas, aunque no exentas de desafíos. Luiggi Sáenz de Viteri, psicólogo familiar y educador, explica que este cambio está respaldado por estadísticas que muestran un mayor tiempo compartido entre padres e hijos. “El trabajo en casa y los horarios flexibles han permitido que muchos padres estén más presentes en la vida de sus hijos. Para algunos esto responde a la precarización laboral, para otros a una modernización en las relaciones entre empresas y trabajadores”, comenta.
El especialista advierte, sin embargo, que la presencia constante también puede tener un lado complejo: “Algunos padres buscan evitar que sus hijos experimenten frustraciones, pero estas son necesarias para el desarrollo de la resiliencia. Los llamados ‘padres helicóptero’ pueden terminar limitando la autonomía de los niños y dificultando su socialización en la escuela y otros espacios”.
El equilibrio del cuidado y la sobreprotección
A este panorama se suma el testimonio de Mariana Torres, madre de un niño de 7 años, quien confirma esta dualidad en su día a día. “Trabajo remoto y eso me ha permitido acompañar a mi hijo en sus tareas y juegos, algo que mis padres no podían hacer conmigo. Pero a veces siento que me paso de protectora, no quiero que le pase nada y me cuesta dejarlo enfrentar problemas solo. Es un equilibrio difícil”, reconoce.
El fenómeno muestra así luces y sombras: por un lado, un mayor involucramiento en la crianza y una redefinición de lo que significa ser un buen padre o madre; por otro, el riesgo de sobreproteger y restar a los niños la oportunidad de aprender de la frustración. Como señala Sáenz de Viteri, “la crianza moderna busca dejar atrás patrones antiguos, pero no todo lo nuevo está basado en evidencia. Lo importante es encontrar un balance que permita a los hijos crecer con cercanía, pero también con autonomía”.