Miedo, culpa, vergüenza, depresión e incluso suicidio serían las consecuencias que se producirían en la víctima

Violencia psicologica digital

Mafer es una de las protagonistas de “Mi nombre es”, miniserie web juvenil, desarrollada por alumnos de la Universidad Casa Grande, quienes en su proyecto de tesis abordan la violencia psicológica naturalizada, y en uno de sus capítulos (de 5 minutos) tocan la parte digital, donde hablan de Mafer, quien quiere ser influencer, tiene miles de seguidores y le interesa mucho lo que dicen de ella en redes. En un capítulo sube fotos suyas al Instagram y recibe comentarios ofensivos por su físico, eso le afecta porque su imagen frente a los demás es importante. Ella es víctima de violencia psicológica digital, que es la presión que puede existir hacia una persona o grupo, empleando la tecnología y redes para agredir con humillaciones, control excesivo en la pareja, insultos, etc., utilizando textos, fotos o vídeos que poseen frases agresivas, incluyendo los memes (burla), indica la psicóloga Jazmina Zambrano. La estratega digital, Belén Fuentes, enfatiza que estas redes fueron creadas para unir gente con un mismo interés, pero se ha vuelto un lugar de agresión donde las marcas o personas recurren al bloqueo, pues se les ha dado un mal uso y dejó de ser un lugar “social”. Fuentes señala que la violencia psicológica ha existido siempre, solo que las redes han sido el sitio donde pueden expresarse libremente sin una identidad. “Se volvió plataforma de doble filo. Todos se sienten con derecho de juzgar, agredir o emitir comentarios negativos y librarse de respuestas cara a cara” finaliza la experta.

Estefania Paz, psicóloga, revela que los más frágiles son los adolescentes, aunque cualquiera puede ser víctima, pues ellos no tienen claro el poner límites a los otros.

Tipos

- Ciberbullying o acoso cibernético: Se publica información sobre alguien o un grupo de personas para ridiculizar o humillar.

- Grooming: Técnicas que utiliza un adulto en internet para ganarse la confianza de un menor u otra persona para obtener concesiones de índole sexual, es un acoso sexual que en casos graves el acosador busca tener contacto real y abusar sexualmente del otro.

- Sexting: Envío de imágenes propias (fotos o vídeos) o texto de contenido erótico-pornográfico a otra persona. El acosador amenaza y chantajea con difundir o reenviarlas a terceros las fotos de la persona, con el fin de obtener más imágenes de esta índole.

- Insultos electrónicos o flaming: Intercambio de insultos acalorados.

- Hostigamiento: Mensajes ofensivos y vulgares reiteradamente.

- Persecución o cyberstalking: Enviar mensajes amenazantes a la víctima reiterativamente, causando daño físico o intimidación excesiva.

- Denigración: Difundir rumores, información despectiva, cruel y falsa sobre la víctima, enviándola a otros.

- Violación de la intimidad u outing: Revelar información privada de la víctima, difundiendo secretos, imágenes, enviando información íntima y comprometedora de la persona.

- Exclusión social: Sacar a la víctima de una red social específica o grupo online, no dejándola participar.

- Suplantación de Identidad: Enviar mensajes o mail ofensivos haciéndose pasar por la víctima. Muchas veces emplean la misma cuenta de la persona acosada.

- Paliza feliz o happy slapping: Grabar con el celular una agresión física para colgarla en la red.

Sanciones legales

De verificarse un tipo de violencia psicológica en redes, se podría demandar por daños y perjuicios o por daño moral o una denuncia por delito de odio. La primera puede ser presentada en juzgados especializados en materia civil y la segunda en la Fiscalía General del Estado, explica el doctor Héctor Vanegas, penalista.

El victimario

No tiene por qué ser fuerte o valiente, el anonimato lo hace sentirse protegido, en ocasiones no es consciente del daño que provoca y puede vivirlo como juego. El anonimato hace que no necesite enfrentarse a las consecuencias de sus actos, revela Zambrano, quien dice que su falta de empatía hace que no sea capaz de ponerse en el lugar del otro, ni reflexionar acerca de cómo la víctima se puede sentir e incluso llega a pensar que lo que hace no afecta. Suele tener comportamientos agresivos, por lo general no da la cara, es probable que presente problemas de conductas y desajuste social, de dependencia fuerte a la tecnología, suelen ser expertos en usarlas, pueden formar comunidades virtuales, etc.

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