No a la violencia contra la mujer

Un nuevo fantasma recorre América Latina: el incremento alarmante de la violencia de género e intrafamiliar que se produce desde México, recordemos los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, hasta Argentina; gracias a la labor informativa de los medios hay reacción de la sociedad y el Estado.

Ecuador no es la excepción, entre enero y junio de este año se han producido 74 femicidios, que se concentran en Guayas, 14 casos; Pichincha 11 y en Manabí 7; y, 42 casos se distribuyen en las otras 21 provincias del país, lo que ha producido una movilización masiva de las organizaciones de mujeres y sociales, y la preocupación del Gobierno nacional que propone una “gran cruzada nacional contra la violencia a la mujer y la familia”.

La situación es preocupante, tanto, que el actual presidente de la Asamblea Nacional, José Serrano, exministro del Interior, señaló, en declaraciones al Diario El Universo (12 de julio 2017), que cuando llegó al ministerio no había cifras sobre el femicidio y que impulsó una encuesta que arrojó datos alarmantes: “seis de cada diez mujeres viven algún tipo de violencia de género, el 25 % de mujeres solteras sufren de violencia de género cuando no tienen hijos, pero suben al 45 % cuando llegan a tenerlos; son más de 2 millones de víctimas de violencia, entre psicológica, física, patrimonial y sexual”.

En este escenario reconocemos que si bien en esta década de la RC se ha ganado bastante a nivel de la Constitución del 2008, artículos 11, 66, 75, 78 y 155 en relación a los derechos de la mujer y contra la violencia de género; y el COIP, al tipificar a esta última como delito en el art. 441 y siguientes, por los prejuicios del caudillo se produjo la “limitación de la institucionalidad para la igualdad y defensa de las mujeres”, ya que se pierden muchas de las anteriores conquistas, como comisarías de la mujer (1994), Ley 103 (1995), Conamu (1998), entre otras. O como señala Silvia Buendía (EXPRESO, 25 de junio 2017): “Nos quitaron algo que más o menos funcionaba por algo que no funciona y que no tiene presencia en todos los cantones”.