Demostración. Tres aviones Supertucano cerraron en el polígono de tiro de Playas, los ejercicios militares que se desarrollaron esta semana.

La vigilancia del espacio aereo

Los cuatro radares de largo alcance están operativos, dice la FAE. Uno de los centros de mando funciona en Guayaquil. El control es permanente.

El último incidente se produjo en Esmeraldas. Una aeronave no identificada fue detectada por el sistema de radares, hace un par de meses. El Centro de Mando y Control de la Defensa Aérea de Guayaquil, de las Fuerzas Armadas activó el protocolo de respuesta y se enviaron los aviones interceptores. Ese día no se logró hacer contacto con la aeronave desconocida, pero la presencia militar sirvió, contó un oficial, como elemento disuasorio.

Ese centro tiene las tareas de vigilancia, alarma y control del espacio aéreo nacional. Fue inaugurado oficialmente en marzo de 2017. El jueves, EXPRESO acompañó al ministro de Defensa, Ricardo Zambrano; al jefe del Comando Conjunto, César Merizalde, y al comandante de la FAE, Patricio Mora, en un recorrido por sus instalaciones.

Se trata de una enorme sala con decenas de computadores. Una enorme pantalla proyecta la información que se obtiene de los cuatro radares tridimensionales de largo alcance, comprados en 2014 a la empresa española Indra Sistemas, por 88 millones de dólares, tras el fracaso de una negociación similar con China que terminó en la ruptura unilateral del contrato.

Cóndor, Halcón, Mirlo y Papagayo son las denominaciones de los cuatro radares. Están en puntos estratégicos de la frontera norte, la Amazonía y la Costa. El detalle de su operación y ubicación es considerado información de seguridad nacional.

Las autoridades militares garantizan que el 100 % del territorio, considerando también la operación de los radares operados por la Dirección de Aviación Civil (DAC), está vigilado en la actualidad. Una red de microondas, con repetidoras a escala nacional, así como una red satelital aseguran la transmisión de la información.

El sistema de protección aérea se complementa con la artillería antiaérea y los interceptores.

¿Cuál es el protocolo de respuesta ante una alerta de los radares? Los operadores del centro y el comandante de la FAE, quien también fue piloto de guerra, hicieron un breve resumen para el nuevo ministro.

La primera fase es la identificación de la aeronave. Los radares ya entregan la información de altura y velocidad de navegación. En dos minutos, los operadores militares deben cruzar información con la DAC y con los países vecinos sobre planes de vuelo reportados. De ser necesario se puede incluso ordenar el uso de una nave interceptora para la identificación visual.

En la fase dos, el primer acercamiento de los pilotos también es para intentar obtener datos de la nave, sus tripulantes, carga y destino. Si los datos no son suficientes o si hay una respuesta hostil, los militares tienen dos opciones: obligar el aterrizaje en una pista controlada por las FF. AA. o “acompañar” a la aeronave desconocida hasta la frontera. Ecuador, aclararon los militares a este Diario, no tienen una ley que permita el derribo de aparatos en situación irregular.

Los escuadrones de vigilancia y control están conformados por aviones Cheetah, con radares de mediano alcance, y Supertucano para reconocimiento diurno y nocturno, equipados con sistemas infrarrojos.

Esta semana, la FAE evaluó la aplicación de los procedimientos, tácticas y técnicas de lanzamiento de artillería de sus aviones en los ejercicios operativos. La última prueba, con la utilización de armamento real, se desarrolló en el polígono de tiro de Playas-Engabao (foto).