Manta. Así son los aviones de patrullaje y exploración que operaron desde Manta y después en Colombia.

La vigilancia aerea tecnificada

El avión estadounidense que proveerá de información para la seguridad tiene radares, sensores con visión nocturna. Expertos exponen sus bondades.

Ni las autoridades de Estados Unidos ni de Ecuador han precisado las características del o los aviones que vendrán al país para cooperar en las labores de seguridad y la lucha contra el narcoterrorismo y el narcoguerrilla, como parte del acuerdo recientemente firmado entre ambos países y que fue anunciado el jueves por el Ministerio de Defensa.

Expertos consultados por este Diario creen que se trata de aviones estadounidenses similares a los que recibían apoyo logístico, entre 1999 y el 2009, desde el Puesto de Operaciones de Avanzada Americana (FOL en inglés), instalado en la base aérea de Manta.

Se trata de aeronaves de patrullaje, exploración y reconocimiento dotados con equipos de alta tecnología: sensores de alta definición y resolución, radares de alto alcance, cámaras fotográficas y de video con visión térmica con infrarrojos, que permiten peinar el mar territorial y la zona costera en busca de actividades sospechosas, ya sea de día o de noche.

“Los aviones tienen tecnología avanzada no comercial, que está al servicio de las Fuerzas Armadas estadounidenses”, dice un experto que pidió la reserva de su nombre. Ni Brasil ni otros países de la región la poseen por el alto costo que tiene ese equipamiento, de los que sí disponen las grandes potenciales mundiales.

Las aeronaves, que hace nueve años dejaron el país para operar desde bases colombianas, entre ellas la Tres Esquinas, por un acuerdo de cooperación entre Colombia y Estados Unidos, están dotadas con radares de diversos tipos que permiten vigilar grandes espacios terrestres.

Según el general Oswaldo Domínguez, excomandante general de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, son capaces de detectar semisumergibles, avionetas, lanchas rápidas, barcos y hasta cargamentos de droga escondidos en las playas u otros sitios.

“Los aviones son necesarios para ampliar el radio de observación. Es un proceso técnico-científico para obtener información, que se procesa y se valida. Los aviones pueden detectar el movimiento del objetivo, la velocidad, la trayectoria de navegación y sus destinos”, precisa Domínguez.

La única limitación de estas aeronaves es que requieren tiempos de descanso para las tripulaciones y carga de combustibles. Por ello, añade el oficial, requieren de permisos de sobrevuelo del espacio aéreo ecuatoriano, porque necesitan volar en diferentes latitudes, de acuerdo con el objetivo y la información que persiguen.

El exministro de Defensa, José Gallardo, considera positiva la decisión del convenio con los Estados Unidos para trabajar en el tema de seguridad. “Acciones de fondo y oportunas”, dice. Al contrario de la que tomó el Gobierno anterior, que “dejó al Ecuador desprotegido” ante la presencia de bandas delictivas dedicadas al narcotráfico y otros delitos.

Para el profesor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) y experto en Seguridad, Daniel Pontón, la falta de información sobre el trabajo que hará el avión abre sospechas sobre las labores que va a realizar la aeronave.

“Tener a los estadounidenses entre nosotros por el tema de drogas es algo positivo, pero no nos olvidemos de que las experiencias de cooperación son complejas y de continuos fracasos. Es algo en donde creo que se debería prender las alarmas”.