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El viaje de la tienda movil de los Beatles

Elecciones. Alejandro Domínguez ocupaba el cargo interino en el organismo por Napout. Ayer en los sufragios fue respaldado.

No resultó del todo fácil localizarlo. Era un viernes y a esa hora -mediodía- la furgoneta Volkswagen de 1986 ya estaba estacionada en alguna de las calles de Montañita, el balneario que está a 187 kilómetros de Guayaquil. “Viejo, es que me encuentro por acá en un evento. ¿Será que la próxima semana...?” Se lo escuchaba distendido. Algo que no es extraño en Eduardo Salvador Solís, el quiteño que se instaló desde los 22 años en medio de la fauna urbana guayaquileña. Fue hace poco que arribó hasta la avenida Víctor Emilio Estrada y Cedros conduciendo su combitienda. Siempre con el sonido de una de las 214 canciones que grabó el grupo europeo sonando en el reproductor de música de su vehículo. Con la emoción de un adolescente que habla de sus gustos personales, este fan de 69 años, con 6 hijos y 10 “maravillosos y peligrosísimos nietos”, recuerda el preciso momento en el que supo de la existencia del grupo inglés. “La verdad es que desde los 19 años”, dice. Era una reunión con amigos del barrio en su natal Quito. “Escuché por primera vez en una rockola los temas ‘Day tripper’ y ‘We cab work it out’”. Corría el año de 1966 y desde entonces quedó enganchado para siempre a esa música y a ser un consumidor de todo lo que se generara alrededor de los melenudos de Liverpool. Fue de esos días cuando se le ocurrió ser músico. Quería en algo parecerse a los John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr... Puede que aquellas ideas hayan quedado atrás, sin embargo, lo que el tiempo no ha podido matar es su nexo con los muchachos del Reino Unido. Como músico, tiene toda una historia que se inició en la época del rock. Fue parte de grupos de barrio como Los Vigilantes, Los Tigres del Rock, En Zerio. Lo de él, era la batería. Con el tiempo tocó algo de guitarra y hasta cantó, claro, “con voz patuleca acompañado de este instrumento de seis cuerdas”, dice. Pero eso es parte del pasado. Su presente es el tienda viajera móvil, que también llama Beatlemóvil, que es una suerte de Beatlesariato, la cual resulta la única Beatletienda del país. Como idea surgió hace algún tiempo. “Vi en internet una combitienda y lo que hice fue ponerla en práctica”. El vehículo se lo vendió uno de sus amigos que la utilizaba para distribuir cerveza artesanal. Hoy, ha recorrido gran parte del país. El Beatlemóvil ha viajado constantemente, por medio de invitaciones, a Quito, Cuenca, Salinas, Playas y recientemente a Montañita, donde asistió, junto con su inseparable conductor, al último festival Montañita Music Fest 2016. Cuando se trata de viajar, no queda espacio que no sea ocupado en la Volkswagen. Ahí cabe de todo: camisetas, gorras, jarros, vitelas, billeteras, pósteres, banderas, pines, llaveros, cuadros y un largo etc... etc... Puede que los fans de la banda hayan engordado y no les entre la minifalda; que muchos de sus seguidores se hayan quedado calvos y sean abuelos, pero nada de eso hace dudar a Eduardo Salvador que aún sea tiempo de seguir promocionando a los cuatro. ¿Hasta cuándo? “Hasta que el cuerpo y la salud me lo permitan, mi idea es promocionar y difundir el legado de The Beatles a las nuevas generaciones y que estas enseñanzas, tanto musicales como de armonías y ritmos de los ‘fab four’, lleguen inclusive como material didáctico a las academias de música”.