La vencida

Presidente Lenín, la verdad es que su suerte cualquiera la desea. El escándalo de su (ex) vicepresidenta es lo mejor que pudo pasarle. Aceptemos que su discurso de presidente que no habla de política porque “el otro ya habló demasiado”, caducó. Al no opinar, al defender todas sus acciones y no-acciones con lugares comunes, el país no sabe qué dirección está enrumbada. O si hay dirección. Acabó la novedad, pierde popularidad, empiezan las críticas. Conclusión, necesitaba un evento que reafirmara su imagen como el presidente “del lado correcto de la historia”. Ese fue el regalo de María Alejandra Vicuña. Aceptemos que la renuncia fue la mejor (¿la única?) decisión que pudo tomar. Seguir en el puesto era mantenerse bajo la amenaza del ojo público. La Asamblea, la Contraloría, la Fiscalía, los periodistas. Ponga usted el nombre. Todos atacarían hasta verla, mejor aún, hacerla, caer. Al hacerse a un lado se salva del juicio político y espera que tal vez el país la olvide. Que su lugar sea ocupado por un nuevo escándalo. Difícil, pero dilatando el proceso gracias a la ayuda de algunos amigos políticos, puede lograrlo. Esperemos que la oposición no lo permita. Es también la mejor decisión para Carondelet. Vuelve a poner al correísmo como una práctica corrupta de la década pasada. Después de todo, el soborno fue en la administración anterior. Revive así su discurso de la cirugía más grande de la historia. Gana usted unos puntos por haberla dejado a los leones. Por quitarle su amparo y protección. Y lo más importante: le da la oportunidad de escoger una figura que de hecho, le sume. Y recomenzar. Justo para el 2019. Ahí está su (creíble) mensaje de esperanza para las Navidades. La opción que envió a la Asamblea dio en el clavo. Lo que menos se quería era un político. Con pasado, presente o futuro. Y usted puso en su lugar a quien lo indaga. La imagen de un periodista a su lado es un guiño a la prensa, y un símbolo de apertura a la investigación, transparencia y a la libertad. Aproveche el regalo que le hicieron para impulsar su nuevo gran “acuerdo nacional”. Esta vez acertó. No era de extrañarse. Ya saben lo que dicen. La tercera. La vencida.