Vacuna electoral

“Fraude electoral”. Con la contundente sentencia de la OEA en Bolivia aún retumbando en los oídos, la Asamblea Nacional tramita con el espíritu de quien rellena formularios la reforma al Código de la Democracia. La propuesta ya descafeinada por la premura se aborda como si los acontecimientos recientes en el país vecino no hubieran tenido ‘coincidentes’ similitudes con las últimas presidenciales ecuatorianas.

Lo pasado, pasado es. Pero dentro de poco más de un año, los ecuatorianos vuelven a las urnas y nadie con espíritu democrático querrá quedarse con la duda de si el voto que metió en la urna es finalmente el que contó. El país necesita una reforma electoral que se tome en serio las distorsiones, las irregularidades y los abusos que se cometen en tiempo de elecciones. El caso Sobornos no inundaría ahora los tribunales si hubiera un férreo control de la financiación de los partidos. No habría decenas de candidatos a dignidades provinciales o municipales si no hubiera manera de aprovechar los recursos del Estado en beneficio particular. No habría sospecha en el conteo de votos si el sistema y las autoridades electorales estuviesen libres de toda duda. La Asamblea tiene la vacuna a cualquier irregularidad electoral en trámite.

’El caso Sobornos no inundaría ahora los tribunales si hubiera un férreo control de la financiación de partidos. La Asamblea tramita la reforma al Código de la Democracia que puede, con voluntad, hacer correcciones al sistema’.