El Gobierno tiene sus prioridades definidas. El presidente Rafael Correa visitó varias zonas afectadas en Manabí y dijo que, tras el terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter del sábado, el objetivo es rescatar a los desaparecidos con vida.

En varios encuentros con los medios de comunicación, el mandatario dijo que la esperanza es reducir al mínimo el número de fallecidos. Claro que, explicó, esa meta es compleja por el tamaño de la catástrofe. Lo principal, destacó, fue orientar los recursos a donde hay vestigios de vida.

Correa visitó Portoviejo, Pedernales, el centro urbano de Jama y Canoa. Conversó con los afectados y detectó otra prioridad del Estado: restablecer los servicios básicos. Algo que de a poco, según el Gobierno, se está estabilizando.

Garantizar la atención médica y dotar de alimentos para la población es tan necesario como entregar agua potable y energía eléctrica. Según dijo, el problema con el agua es que las plantas se quedaron sin electricidad y es delicado reactivar la energía por los cables caídos y el riesgo de electrocutar a los ciudadanos.

Entre pausa y pausa, Correa agradeció las ayudas internacionales. El Rey Felipe de España, por ejemplo, conversó ayer con el presidente y comprometió su ayuda. Casos similares son los de Venezuela, Colombia, Paraguay, México entre otros. La colaboración extranjera, destacó, ya está trabajando en el Ecuador.

Carlos Domínguez, representante del Cuerpo Oficial de Bomberos de Bogotá, explicó que 80 especialistas en ingeniería estructural, rescate y medicina llegaron a Manabí para brindar respaldo. Ellos arribaron el domingo, a las 20:00, y fueron enviados a diferentes puntos de la provincia.

También hay iniciativas ciudadanas. Durante el camino presidencial, Henry Almeida, distribuidor de Avena Polaca, regalaba vasos llenos para los transeúntes. Es un compromiso de los ecuatorianos, destacó, ayudar a nuestros hermanos.

Sobre la posibilidad de especulación de productos y alimentos, el primer mandatario dijo que las intendencias y las gobernaciones tienen la disposición de controlar las ventas en las zonas afectadas por el terremoto. JMF