
En Urdesa, la Victor Emilio Estrada duerme a las 21:00
Vigilancia. A más del patrullaje en moto y a pie, en Urdesa, la Policía ejecuta, a menudo, operativos sorpresas a los vehículos.
Édison Peralta recuerda que hace cuatro años atendía en su local de hot dogs hasta la una de la mañana, de lunes a viernes; y los fines de semana, hasta las tres. Los residentes y visitantes del sector eran sus clientes. Pero ahora, todos los días, solo lo hace hasta las 21:00.
“Es que después de esa hora ya nadie viene a comprar”, dice, tras haber cerrado la atención y mientras repasa las cuentas de lo que ha vendido en el día. El entorno de su local, situado en la avenida Víctor Emilio Estrada, de la ciudadela Urdesa, luce desolado a las 21:15 del miércoles. “Si antes me llegaban 100 clientes, ahora solo vienen 30”, contrasta.
Él cree que los hechos delictivos que se suscitaron consecutivamente de julio a septiembre de este año, desde el asalto a un grupo de mujeres en una cafetería hasta el robo a pasajeros en un bus a plena luz del día, han ahuyentado a gran parte de su clientela. En los últimos meses esta ha disminuido, a pesar de que la policía ahora mantiene más vigilada esta zona.
Con él coincide Vanessa Zúñiga, una abogada y moradora de Urdesa, quien solo hasta las 21:30 se permite caminar por la Víctor Emilio Estrada, una de las vías más comerciales de la ciudad. “Me da temor salir después de las 22:00 como a la mayoría, porque también después de esa hora cae, en gran parte, la actividad nocturna de la calle. La mayoría de locales cierra y hay tramos oscuros y desolados”.
Este medio recorrió la avenida desde la calle Rotarismo (26) hasta Costanera. A las 21:30, de las 14 cuadras llenas de locales que comprende ese tramo, entre restaurantes, tiendas de comida rápida, agencias bancarias, bares, discotecas y otros negocios, 88 puntos ya no atendían.
Algunos tramos, como la intersección con Guayacanes, en la llamada zona de los shawarmas, contaban con más vida; pero la soledad y la oscuridad se apoderaban de otros puntos y obligaban a acelerar el paso a algún transeúnte que pasaba por allí.
Martha Béjar, presidenta de la Junta Directiva de la Asociación Cívica y Cultural de Urdesa (Accur), dice que uno de los motivos por los que los moradores recelan de caminar en las noches por la Víctor Emilio Estrada y sus peatonales, es por la débil iluminación del alumbrado publico. “Porque con la policía estamos trabajando coordinadamente, hay patrullajes y vigilancia. Estamos coordinando para el próximo mes una reunión con el Municipio para hablar del cambio de iluminación y temas de áreas verdes”, detalla.
No obstante, a residentes como Álvaro Dávila, en cambio, aún les parece difícil de creer que su sector haya sido víctima de la delincuencia en repetidas ocasiones, al punto de ahuyentar a los mismos dueños de negocios.
“Nunca he creído que Urdesa sea peligrosa porque no me ha pasado nada, veo todo tranquilo. Pero sí me sorprendí, por ejemplo, cuando hace tres meses llegué a una cafetería que me gustaba mucho y a la que siempre iba, situada en Víctor Emilio y Ficus, y estaba cerrada, la habían asaltado. Ya no atiende. Ahora tomo precaución y prefiero quedarme en casa en las noches”, acota.
El coronel Mauricio González, jefe del Distrito Modelo de la Policía, que vela por la seguridad de Urdesa, afirma que tiene reuniones constantes con los residentes y propietarios de locales de ese sector para coordinar estrategias y mantener la seguridad.
Señala, aunque sin precisar cifras, que los delitos en este mes han disminuido porque están trabajando más en los ‘puntos calientes’, con relación a la hora en la que mayormente se estaban dando los delitos.
Otros vecinos, como Joao Delgado, chef de profesión, no creen que la sensación de inseguridad sea el único motivo por el que Urdesa pierde brillo nocturno.
“Para recobrar la vida en las noches en esa avenida, el trabajo no es solo policial: falta más amplitud cultural, como artistas en las aceras tocando instrumentos, galerías, teatros, como hay en otras ciudades, al menos los fines de semana. Sería bueno poder caminar en las noches desde Guayarte hasta la Víctor Emilio, admirando cultura”, sugiere.