Universidad: hora de la diversidad

La III Reforma Universitaria en América Latina se inició ya. La I, la de Córdoba, que va a cumplir cien años, se hizo en nombre de la autonomía (y en ese sentido hay que entender el cogobierno). La segunda, ya sin nombre específico a una ciudad o a una institución por su carácter ubicuo, en los años setenta del siglo pasado, se expandió sin orden por el impacto del surgimiento de nuevas generaciones de estudiantes que reclamaban acceso y la consiguiente fundación de nuevas instituciones universitarias para responder al nuevo estado de cosas y a la consagración de que por ejemplo lo católico y no solo lo laico podría definir a una institución. La actual, la que vivimos en estos días, aparece bajo el signo de la diversidad.

No más por tanto, si se quiere responder al futuro que cada día se hace presente, un modelo único de universidad, réplica del estado decimonónico, hoy incapaz de responder a la complejidad de las nuevas demandas propuestas por la internacionalización, la educación virtual o en línea, el cambio y la complejidad de los mercados laborales, la obsolescencia del conocimiento, la complejidad de los saberes.

Si hace un siglo, recordemos de nuevo a la Reforma de Córdoba, la universidad debía abrirse físicamente para el ingreso de los estudiantes, ahora esta debe abrirse en los teléfonos inteligentes o en las “laptops” de la galaxia internet.

Como nunca, el diagnóstico de McLuhan es certero: “Culturalmente, nuestra necesidad es la misma que la del científico que trata de conocer el desajuste de sus instrumentos de investigación con el objeto de corregirlo”. De ahí el imperio de la diversidad.

La III Reforma Universitaria se ha vivido hasta ahora en el país bajo la multiplicación de leyes y reglamentos y la preocupación, muchas veces obsesiva, del control. Se trató de erigir un modelo único de universidad que entró en crisis desde su imposición legal bajo el recurso de la excepción.

Se abre ahora una nueva etapa de la diversidad de modelos donde la universidad particular tiene su propia misión y visión que desarrollar.