El presidente del CPCCS llegó acompañado por simpatizantes.

Tuarez: “Si tienen preguntas sobre mi trabajo, respondere, si no, bendiciones”

El presidente del Consejo de Participación despacha en cinco minutos a los asambleístas que revisan los cuestionamientos sobre su postulación.

La comparecencia de José Tuárez, presidente del CPCCS, ante la Comisión de Participación Ciudadana, ha durado tanto como sus explicaciones. En cinco minutos, el exsacerdote se despedía sin haber aportado aclaración con un “bendiciones”. Tuárez ha repelido las preguntas de los legisladores alegando que no tiene nada que decir sobre cualquier aspecto previo a su posesión como presidente del Consejo de Participación Ciudadana. “No soy sujeto de fiscalización por acciones anteriores a mi posición”, ha dicho recordando artículos de la Constitución sobre las atribuciones de la Asamblea Nacional en materia de juicio político. “Permítanme retirarme. Si tienen preguntas sobre mis funciones responderé”, ha zanjado.

Los asambleístas presentes han tomado como un desaire la actitud de Tuárez y han resuelto enviarle una carta de reproche, a propuesta del correísta Pábel Muñoz. Mae Montaño ha ido más allá. “Esto es vergonzoso. No puede quedar así y no vale con una simple cartita”. El presidente de la comisión, Raúl Tello, concilió las dos posturas: “Una cosa no quita la otra”, ha dicho, resolviendo enviar, como primer paso, la misiva.

Tello ha corregido las afirmaciones del presidente del CPCCS en cuanto a las atribuciones de la Asamblea, al aclarar que no se trata de un proceso de juicio político ni de la comisión de Fiscalización, sino de la de Participación Ciudadana.

Tuárez llegó a eso de las 11:10 a la Asamblea encabezando una marcha, adornada con pancartas alusivas al Che Guevara, que se topó con un cordón policial a la entrada del Legislativo. Protestó por el retraso en comparecer —la intervención previa del consejero del CNE, Enrique Pita, se alargó hasta el mediodía— entró acompañado de cinco asesores y se fue antes de escuchar a César Cárdenas, propulsor de las denuncias contra Tuárez.

El coordinador de la veeduría ciudadana que supervisaba el proceso de calificación de los candidatos al CPCCS ha vuelto a presentar las pruebas con las que se justificó el llamado al exsacerdote a la Comisión. Por un lado, está la foto que, según Cárdenas, acompañaba a la hoja de vida de la postulación. Pese a que Tuárez aparece en esa imagen con alzacuellos, se hicieron la vista gorda, ha criticado Cárdenas. Es la misma foto de la papeleta electoral. Durante la campaña, según las pruebas presentadas por el veedor, el cuestionado pedía el voto para él con expresiones como “No olvide votar por el padre Tuárez” o “Devolveremos la dignidad a la política ecuatoriana con la bendición de Dios”. Por eso, ha indicado Cárdenas, no debería ser parte del CPCCS. “La ley no solo dice que un representante de un culto religioso tiene prohibido postularse, sino ejercer como miembro del CPCSS”.

Además, Cárdenas ha llevado a la comisión legislativa certificados que desmienten el historial de Tuárez como rector de RRHH de la Universidad de Salamanca, como director de la radio La Voz del Santuario de Baños o como rector de la Unidad Educativa San Fernando. En conclusión, para el veedor, el presidente del CPCCS no tiene “probidad”.

Gustavo Vega, presidente del CNE transitoriro que calificó la postulación de Tuárez, ha asegurado ante los legisladores que fue engañado. Que nunca se llegó a ver la papeleta y la propaganda con vinculaciones religiosas y que todas esas evidencias aparecieron después. Defendió que se siguieron los protocolos de calificación y que si pasó la de Tuárez fue por falsedad ideológica cometida por el exsacerdote.

Puesto que hay un documento que menciona la suspensión a Tuárez de la orden dominica y que tiene fecha previa a la presentación de su candidatura, lo cual, abre el debate sobre si incurre en la prohibición de ejercer su cargo, ha salido de la Comisión de Participación Ciudadana la propuesta de promover otro enjuiciamiento político por “proselitismo político”. No ha podido debatirse ni votarse, por falta de quórum, pero está pendiente para la próxima sesión.

Sería un juicio político paralelo al anunciado por Fabricio Villamar. En este caso, se cuestiona que Tuárez haya participado en un marcha y hecho pronunciamientos ideológicos siendo presidente de una institución pública.