Protestas. Los manifestantes antiglobalización protagonizaron ayer fuertes disturbios en la víspera del G20.

Trump y Putin centran la atencion en el G20

Rusia. Bloqueó una declaración de la ONU que pedía que se tomen “medidas significativas” contra Corea del Norte como respuesta al lanzamiento de un misil.

Al final, se verán las caras. Donald Trump y Vladimir Putin mantendrán hoy en la cumbre del G20 de Hamburgo una reunión bilateral. Un encuentro que en cualquier otro caso entraría en la normalidad diplomática, pero que ante los dos machos alfa de la política mundial adquiere aires explosivos. Nunca se han visto y entre ellos fluye una electricidad insólita.

Mucho ha llovido desde que en la Cámara de Diputados de Rusia celebraran con champán la victoria electoral del excéntrico multimillonario sobre la demócrata Hillary Clinton. Ahora todo ha cambiado.

El cara a cara con Putin ha sido desaconsejado por los asesores. El poderoso sector militar de la Casa Blanca desconfía abiertamente de Rusia. Y los servicios de inteligencia consideran sin asomo de duda que el Kremlin es un enemigo hostil que orquestó una campaña de desprestigio contra Clinton durante las elecciones. Una injerencia destinada a favorecer a Trump y que alimenta la madre de todos los escándalos en Washington: la trama rusa.

Las expectativas rusas de que con la llegada de Trump a la Casa Blanca se produciría una mejora de las deterioradas relaciones entre Moscú y Washington no se justificaron en absoluto: el nuevo presidente estadounidense ha mantenido la política de su antecesor, Barack Obama, frente a Rusia.

Por ello no es casual que el presidente estadounidense se haya reunido ya con los principales líderes occidentales y asiáticos, y que solo ahora, casi seis meses después de su investidura, se encuentre con el jefe del Kremlin.

Ucrania y Siria son los puntos más candentes de la amplia geografía de discrepancias entre Moscú y Washington y serán, con toda seguridad, abordados en la reunión de los dos mandatarios.

Para el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, la reunión de los dos líderes en Hamburgo ayudará a esclarecer las perspectivas de las relaciones entre Moscú y Washington, que se encuentran en su punto más bajo desde el término de la Guerra Fría.

Sin embargo, ayer el presidente de Estados Unidos admitió que Rusia podría haber interferido en las elecciones de 2016 que le dieron la victoria sobre Hillary Clinton.

A su llegada a Hamburgo, donde se desarrollará desde hoy la Cumbre del G20, además, prometió una respuesta “bastante dura” a Corea del Norte, tras su disparo de un misil balístico intercontinental, un día después de que Estados Unidos y Francia pidieran nuevas sanciones contra Pionyang.

La anfitriona del encuentro, la canciller alemana, Ángela Merkel, mantuvo ayer un encuentro con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, previo a la cumbre del G20 que se abre hoy en Hamburgo y en medio de las persistentes tensiones entre Berlín y Ankara.

La reunión con Erdogan se produce mientras colea aún el malestar causado por las acusaciones del líder turco al gobierno de Merkel, al que imputó “prácticas nazis” por haber impedido mítines de varios de sus ministros a favor de la reforma constitucional impulsada por el presidente turco.

La canciller alemana, quien mantuvo ayer una reunión privada con Trump, reconoció que el tema del clima “no será fácil”, después de que en junio el republicano anunciara la retirada del acuerdo histórico para intentar frenar el calentamiento global.