Carta de lectores | Los procesos coactivos
Hace unos días recibí una notificación del SRI reactivando un proceso coactivo del 2004
Tuve la fortuna, mezclada con amarga experiencia, de constituir más de 850 compañías. Fui el primer profesional en tenerlas listas sin que los clientes esperaran meses de trámites que exigían cinco accionistas con cédula, certificados de votación y de no adeudar al fisco, municipio ni IESS, cédula orientalista y carné de premilitar o de remiso. Solo faltaba la partida de bautizo, tipo de sangre y, para las mujeres, prueba de embarazo. Además, se pedía un certificado bancario del capital; por eso me nombraba representante legal para retirarlo y obtener documentos.
Hace unos días recibí una notificación del SRI reactivando un proceso coactivo del 2004 -21 años después- por impuestos de 1991. El recaudador ordenó congelar mis fondos. Si revivir un juicio de dos décadas revela ignorancia y negligencia, peor fue saber que la compañía coactivada tiene 20 años de cancelada, lo que equivale a un certificado de defunción de una persona natural. Me demandan como obligado solidario sin haber sido accionista ni representante legal, solo por firmar la minuta. Con un procedimiento burdo e ilegal, cercano al chantaje, pretenden cobrar algo que jamás debí pagar. Estas atrocidades, comunes en Ecuador, merecen figurar en un bestiario jurídico.
Defenderse contra una estupidez es titánico. Mis cuentas estarán congeladas años, hasta que un tribunal Contencioso Administrativo acepte mis excepciones y su superior confirme. Obtendré sentencia favorable pero, ¿quién repara el daño? El juicio de excepciones es un laberinto diseñado para desgastar al ciudadano, y los jueces rara vez condenan estos abusos en costas y honorarios.
La jurisdicción coactiva es un atropello: un poder desmedido contra ciudadanos indefensos.
¿Reformas? Urgentes: control judicial previo, transparencia y límites claros a la discrecionalidad pública.
Reforzar el juicio de excepciones, simplificándolo para que sea una defensa real.
Mayor control judicial, con revisión previa de medidas cautelares por jueces especializados.
Mientras tanto, la coactiva seguirá siendo el látigo contra los indefensos y prueba de que en Ecuador no hay seguridad jurídica.
La justicia ecuatoriana ha entrado en coma… no la consigues si no le das al juez para que coma.
Ernesto Vernaza Trujillo