
Trump acentua su enemistad con la prensa
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intensificó ayer su enfrentamiento con los medios, un día después de anunciar que no acudirá a la gala anual de corresponsales en la Casa Blanca, algo inédito en 36 años.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intensificó ayer su enfrentamiento con los medios, un día después de anunciar que no acudirá a la gala anual de corresponsales en la Casa Blanca, algo inédito en 36 años.
Trump criticó a The New York Times por el anuncio televisivo que preveía emitir anoche, durante la ceremonia de entrega de los premios Óscar, en el que el diario declara: “La verdad es ahora más importante que nunca”.
Al boicotear la cena, que cada año reúne en Washington a lo más selecto de la prensa, políticos y celebridades, Trump rompe con una tradición iniciada en 1921. Es una ocasión en la que el presidente de EE. UU. pronuncia un discurso en el que se ríe de sí mismo y se burla de sus adversarios políticos.
El viernes su gobierno impidió a los periodistas de The New York Times y de CNN, entre otros, el ingreso a la sesión informativa diaria en la Casa Blanca, mientras que medios más pequeños que realizan una cobertura más favorable a Trump sí fueron admitidos.
Para Roberto Rock, de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), la actitud de Trump “alienta a los muchos demagogos y populistas, de izquierda y derecha, que cumplen el principio de que la libertad de prensa es el primer objetivo a vencer”. En Latinoamérica, algunos han querido trazar paralelismos entre el trato a la prensa de Trump y el de los presidentes de Venezuela o Ecuador, pero los expertos consultados por Efe consideran que la situación no es comparable.
“Todavía estamos lejos de llegar a estos casos extremos”, aseguró Carlos Ponce, director de programas de América Latina en Freedom House, mientras que Rock apuntó que en Venezuela y Ecuador “los demagogos populistas han logrado silenciar a los contrapesos constitucionales del Poder Legislativo y Judicial”.
“En esos países hay democracias en vías de consolidación, clases políticas deterioradas por la corrupción y la incompetencia. No es el caso de EE. UU., esos contrapesos siguen funcionando”, dijo.