Tesis bajo pedido
No debiera llamar demasiado la atención la denuncia, aparecida hace pocos días en un periódico del país, de que las tesis para aprobación de las carreras de grado y de los programas de posgrado, se hacen bajo pedido, por terceras personas, en el tiempo en que el usuario lo necesite y con tarifas asequibles. Y no debiera llamar la atención porque una cultura que afirma que “no importa que robe con tal de que haga obras” o que cree que las leyes, reglamentos o códigos de urbanidad están hechos para los otros, los tontos, y no para los “vivos” como el que las irrespeta, es el caldo de cultivo propicio para las tesis bajo pedido. “Que cumplan los demás; ¿por qué yo?”, es la divisa de éxito en una cultura que privilegia a los sabidos frente a los aburridos ciudadanos que no se saltan sistemáticamente las colas o los turnos de los demás y que son tan pobres diablos que cumplen con sus obligaciones.
El mundo académico no es una burbuja aséptica, a salvo de los valores culturales que imperan realmente, no en el discurso, en la sociedad. ¿Cómo se puede exigir rigor y calidad académica en países sin memoria histórica en los que, según encuestas, un importante porcentaje de la población está dispuesta a reelegir a los que durante una década malgastaron los mayores ingresos, engañaron con obras faraónicas y se lucraron personal y grupalmente con millonarios aportes?
¿Justificación entonces de la venta de tesis al por mayor? No, por supuesto. Pero la calentura no está en las sábanas. Después de períodos donde la fe y la confianza pública han sido brutalmente golpeadas por revelaciones de corrupción, la vergüenza de las tesis bajo pedido no está solo en los que las compran o en quienes las hacen, en los profesores o instituciones que no son lo suficientemente exigentes y prolijos con los proyectos que reciben, sino en una sociedad que tolera sonreída el plagio.
Por supuesto, la mayor parte de las universidades tienen detectores de plagio. El problema, sin embargo, no está en el control final sino en la permisividad cultural que la hace posible.